Todos los símbolos y nombres religiosos deben ser eliminados: desde cruces en tumbas hasta tradicionales vestimentas budistas y taoístas e incluso carteles de escuelas de artes marciales.
por Tang Zhe
Durante la Revolución Cultural, todo lo que estuviera ligeramente relacionado con la religión era reprimido al ser considerado uno de los «Cuatro Viejos»: viejas costumbres, vieja cultura, viejos hábitos y viejas ideas. Los monjes y monjas eran obligados a reanudar sus vidas seculares, se destruían estatuas y símbolos religiosos, y las empresas que poseían nombres religiosos eran obligadas a cambiarlos. Desde hace dos años, las medidas represivas del Partido Comunista Chino (PCCh) contra las religiones les recuerdan a las generaciones más antiguas de China las represiones impuestas durante el Gobierno de Mao Zedong.
Los sacerdotes taoístas son obligados a cortarse los tradicionales rodetes
El canoso sacerdote taoísta procedente de la ciudad de Xi’an, en la provincia noroccidental de Shaanxi, ya no tiene su rodete, el cual es tradicionalmente usado por los maestros taoístas. A dicho estilo de peinado se lo denomina en broma «nariz de vaca» por su parecido con la nariz de una vaca. El anciano afirmó que los funcionarios del Gobierno local comenzaron a obligar a todos los sacerdotes taoístas que no poseen certificados emitidos por el Estado a cortarse los rodetes.
En China, cada vez son más los monjes budistas y los sacerdotes taoístas que son expulsados de los monasterios y templos y obligados a regresar a la vida secular. Un sacerdote taoísta procedente del condado de Baofeng en la ciudad de Pingdingshan de la provincia de Henán le dijo a Bitter Winter que, en abril del año pasado, las autoridades cerraron el templo taoísta donde vivía. Afirmaron que «había sido establecido ilegalmente y que allí se llevaban a cabo actividades religiosas sin permiso». El sacerdote fue obligado a quitarse su tradicional túnica, a cortarse el cabello y a abandonar el templo para reanudar la vida secular. El mismo había sido sacerdote la mayor parte de su vida y no tenía otro lugar dónde vivir.
Los letreros de las escuelas de artes marciales son rectificados
Según un empleado gubernamental procedente de la ciudad de Dengfeng de Henán, el año pasado, el equipo central de inspección de trabajo religioso exigió secularizar todas las escuelas de artes marciales existentes en la jurisdicción. Como consecuencia de ello, más de 20 escuelas se vieron obligadas a eliminar de sus nombres las palabras relacionadas con la religión, y todos los estudiantes tuvieron que cambiar su vestimenta de monjes budistas por ropa deportiva.
El Templo Shaolin, célebre por sus artes marciales, desató un boom de aprendizaje de artes marciales en toda China y el mundo debido a una serie de videos relacionados con el mismo. Gracias a su popularidad, una gran cantidad de escuelas de artes marciales comenzaron a incluir las palabras “Templo Shaolin” en sus nombres. Tras la entrada en vigor de los nuevos Reglamentos sobre asuntos religiosos en el año 2018, estas escuelas se vieron obligadas a cambiar sus nombres.
La «Base de entrenamiento de monjes guerreros del templo Shaolin Songshan» emplazada en Dengfeng tuvo que cambiar su nombre a «Escuela de artes marciales Shaolin Yanlu». «El cambio de nombre de la escuela es la medida estratégica aplicada por nuestra escuela luego de evaluar la situación», afirma un aviso emitido por la escuela, en el cual se promete «implementar exhaustivamente todas las medidas necesarias para evitar que las religiones se infiltran en nuestra escuela».
«Nuestro entrenador nos dijo que, para que nuestra conversación descuidada no cause problemas, no debemos usar cuentas, pendientes o collares de Buda, y tampoco debemos utilizar palabras tales como Dios, Buda, templo o monje», le dijo un estudiante de una escuela de artes marciales a Bitter Winter. «Algunos de mis compañeros de clase fueron castigados físicamente porque en su vestimenta estaba grabada la palabra ‘templo'».
Numerosas placas conmemorativas y lápidas con cruces fueron demolidas
El 22 de febrero de 2019, funcionarios del Gobierno del municipio de Kongji del condado de Ningling en la ciudad de Shangqiu de Henán utilizaron una excavadora para arrojar en un río una placa conmemorativa dedicada a Liu Anshan, un médico cristiano local fallecido. La placa, la cual había sido elaborada por sus pacientes diez años atrás, tenía grabada una cruz roja y caracteres chinos que significaban «Dios ama al mundo». Los funcionarios afirmaron que debía ser removida porque «se estaban exhibiendo símbolos religiosos en un lugar público».
«Ni siquiera los cristianos fallecidos se libran de ser reprimidos», afirmó con indignación un residente. «Esto es una repetición de la Revolución Cultural».
El 29 de abril de este año, en un cementerio emplazado en el condado de Xiapu administrado por Ningde, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia suroriental de Fujian, se demolieron 176 lápidas que poseían cruces. El incidente atrajo la atención de los medios de comunicación.
Ese día, más de 60 empleados pertenecientes a la estación de policía del subdistrito de Songgang, a la Agencia de Asuntos Civiles, a la Agencia de Tierras, al sector de gestión urbana y a otros departamentos gubernamentales participaron en la demolición. No se emitió ningún aviso previo, ni se informó a las familias de los fallecidos. El cementerio, llamado la «Montaña Sagrada», posee una historia que abarca más de 140 años. Miles de personas descansan en el mismo, y muchos cristianos desean ser enterrados allí. En el mes de mayo, más de 60 tumbas fueron marcadas con números de serie, lo cual indica que pronto también serán demolidas.