Mediante el ofrecimiento de recompensas monetarias y elogios, el PCCh alienta a las comunidades a que eliminen las religiones para poder ser nombradas «aldea, poblado o ciudad civilizada».
por Xin Lu
El 29 de mayo, varios miembros de una iglesia católica no registrada emplazada en una aldea de Shijiazhuang, la capital de la provincia norteña de Hebei, se arrodillaron llorando frente a la entrada de la iglesia bajo un sol abrasador. Esperaban evitar que la cruz de la iglesia fuera derribada como parte de la campaña puesta en marcha por la aldea para ser catalogada como «civilizada». Todos los objetos existentes en la iglesia ya habían sido retirados el día anterior. La congregación logró salvar la cruz por el momento, pero las autoridades locales amenazaron con «demolerla más adelante» y le exigieron al director de la iglesia que firmara una garantía en la que prometía no volver a celebrar reuniones.
El Gobierno chino utiliza la campaña de «ciudades y aldeas civilizadas» para establecer un modelo social basado en estándares específicos. El desarrollo económico y la construcción de una «civilización espiritual» son generalmente utilizados como criterios de selección, y la existencia de lugares religiosos se considera un factor negativo. Para ser catalogadas como «civilizadas» y recibir incentivos financieros y reconocimiento por parte del Gobierno, las autoridades de las localidades deben clausurar los lugares de culto, eliminar los símbolos religiosos y reducir la cantidad de personas de fe. En resumen, se trata de otra herramienta utilizada por el Partido Comunista Chino (PCCh) para eliminar las religiones.
El pasado mes de noviembre, el Gobierno del distrito de Jinshui en Zhengzhou, la capital de la provincia central de Henán, sancionó a varias tiendas que vendían mercancías budistas y taoístas utilizando el argumento de «estar construyendo una ciudad civilizada». El 18 de noviembre, aproximadamente 20 funcionarios de la oficina del subdistrito de la calle Fengqing se llevaron todas las estatuas de Buda y Kwan Yin y otros símbolos religiosos de las tiendas de la casa de té Yuanrong. También quitaron los letreros de los negocios y les prohibieron a sus propietarios quemar incienso y organizar otras actividades religiosas.
«Los funcionarios gubernamentales afirmaron que en una ciudad civilizada no debe haber ningún tipo de mercancía budista», le dijo el propietario de una tienda a Bitter Winter. «Los letreros no pueden contener los caracteres chinos utilizados para escribir la palabra Buda, incienso o fengshui«.
Otro propietario se quejó afirmando que funcionarios gubernamentales registraron su tienda tres veces seguidas, alegando que estaba involucrado en «superstición feudal por vender estatuas budistas». Los funcionarios utilizaban afirmaciones similares durante la Revolución Cultural, ya que todas las religiones eran consideradas «superstición feudal» y reprimidas.
En diciembre de 2018, a la aldea de Madao de la ciudad de Xinxiang, en Henán, se le revocó el título de «aldea civilizada» porque uno de las familias que recibía subsidios sociales había colocado dísticos religiosos en su hogar. Un residente de la aldea contó que los funcionarios regañaron a la familia afirmando que el PCCh, y no Dios, les proporcionaba la ayuda financiera. «El secretario del Partido de la aldea derribó los dísticos y se marchó enfurecido», recordó el aldeano.
«El Gobierno del poblado anunció públicamente que la aldea de Madao había sido catalogada como ‘civilizada’ y ocupaba el puesto número uno en el condado de Fengqiu», le dijo un empleado del Gobierno local a Bitter Winter. «Pero debido a un par de dísticos, se canceló la recompensa de 50 000 yuanes [alrededor de 7000 dólares] y la aldea pasó a ocupar el último lugar en el condado».
«Una aldea puede ser catalogada como ‘avanzada’ solo si ninguno de sus residentes presentó una petición ante el Gobierno y no se descubrió ninguna persona religiosa en un plazo superior a un año», explicó un empleado del Gobierno local procedente de la provincia oriental de Zhejiang. «Mientras que una aldea que tiene de tres a cinco residentes religiosos puede ser catalogada como ‘atrasada’. Los funcionarios de dichas aldeas deben recibir capacitación especializada dos veces al año. Por lo tanto, las autoridades locales intentan por todos los medios posibles presionar a los creyentes para que firmen declaraciones mediante las cuales renuncian a su fe».
Un miembro de la Iglesia de Dios Todopoderoso procedente de Hangzhou, la capital de Zhejiang, quien había sido arrestado en el año 2012 a causa de sus creencias, le dijo a Bitter Winter que los funcionarios repetidamente habían intentado obligarlo a firmar una declaración de renuncia a su fe.
«En septiembre de 2015, el secretario del Partido de la aldea me dijo que las autoridades superiores habían prometido asignar 1,2 millones de yuanes [alrededor de 172 000 dólares] a nuestra aldea si se la catalogaba como ‘civilizada’», afirmó el creyente. Desde ese momento, el secretario designó a miembros del personal para que lo acosaran continuamente, tanto a él como a su familia, a fin de hacerlos renunciar a su fe. Sabiendo lo que estaba en juego, la familia del hombre y los aldeanos comenzaron a oponerse a sus creencias. Como no quería renunciar a su religión, el hombre decidió huir. El comité de la aldea ofreció una recompensa monetaria para que los aldeanos aportaran información sobre el mismo que les permitiera hallarlo y arrestarlo. El creyente aún continúa viviendo como un fugitivo.