Los Gobiernos provinciales y municipales intensifican las medidas tendientes a purgar de las iglesias estatales todas las publicaciones que no hayan sido aprobadas por el Estado.
por Wang Yong
El 18 de junio, los dos consejos cristianos chinos de la provincia suroriental de Jiangxi emitieron una notificación sobre la Regulación adicional de la gestión de publicaciones cristianas a lo largo de toda la provincia. El documento exige investigar la fuente de todos los materiales, entre los que se incluyen libros, álbumes de fotos, periódicos, productos audiovisuales e incluso textos impresos por las iglesias. La notificación también exige controlar sus canales de circulación y establece que sólo serán consideradas legales las publicaciones emitidas por los dos consejos cristianos chinos nacionales o provinciales o las aprobadas por el Estado.
Los materiales publicados por las iglesias para uso interno podrán ser compilados e impresos únicamente si se obtiene el permiso de las instituciones provinciales encargadas de los asuntos y las publicaciones religiosas. Su distribución está limitada a una cantidad predeterminada de personas.
Según la información proporcionada por miembros del clero de iglesias de las Tres Autonomías, algunos Gobiernos locales imponen medidas aún más estrictas.
En el mes de junio, funcionarios gubernamentales procedentes del condado de Dayu en Ganzhou, una ciudad a nivel de prefectura situada en Jiangxi, confiscaron todos los libros existentes en una iglesia de las Tres Autonomías, excepto las biblias y los himnarios publicados por los dos consejos cristianos chinos. Los mismos afirmaron que los libros «habían sido publicados por editoriales no aprobadas».
Algunos miembros de la congregación les pidieron que dejaran los libros para poder ocuparse de ellos, pero los funcionarios les dijeron que esos libros debían ser quemados para evitar que fueran utilizados, y se llevaron más de 50 kilogramos de material impreso.
A principios de julio, funcionarios del Gobierno del poblado de Tandong, en el distrito de Zhanggong de Ganzhou, inspeccionaron todas las publicaciones existentes en una iglesia de las Tres Autonomías local y declararon que solo podían conservar las biblias y los himnarios publicados por los dos consejos cristianos chinos. Según ellos, en las instalaciones de la iglesia no podía haber otras publicaciones, ni siquiera los libros de deberes de los niños. De lo contrario, según amenazaron, la iglesia sería clausurada.
«Es ilegal lo que están haciendo, pero pueden hacer lo que les plazca, ya que China es la tierra del Partido Comunista», comentó un miembro de la iglesia.
En otras regiones también se implementan medidas similares.
En el mes de mayo, la Agencia de Asuntos Religiosos del condado de Huantai en Zibo, una ciudad a nivel de prefectura situada en la provincia oriental de Shandong, implementando la campaña nacional tendiente a «erradicar la pornografía y las publicaciones ilegales«, les exigió a todos los lugares religiosos estatales que eliminaran los libros religiosos que no estuvieran aprobados por el Estado. El comité de iglesias de las Tres Autonomías del condado estableció un grupo de trabajo para hacer cumplir la campaña en todas sus sedes.
“Esta campaña tendiente a ‘erradicar la pornografía y las publicaciones ilegales’ se dirige principalmente a los libros religiosos, entre los que se incluyen los que no han sido aprobados por la Agencia de Asuntos Religiosos o los publicados sin contar con el permiso del Estado. Incluso los materiales impresos para uso personal son purgados”, explicó un infiltrado en la Agencia de Asuntos Religiosos. «Incluso es ilegal imprimir biblias no oficiales descargadas de Internet».
En el mes de abril, en preparación para las inspecciones de los funcionarios provinciales a cargo de los asuntos religiosos, la Agencia de Asuntos Religiosos de la ciudad de Zhuji, en la provincia oriental de Zhejiang, inspeccionó todos los lugares religiosos bajo su jurisdicción. La notificación sobre los resultados de la inspección indica que los lugares religiosos «generalmente poseen publicaciones ilegales, y que algunos poseen libros procedentes de países extranjeros». El documento exige que las instituciones pertinentes «hagan un buen trabajo de seguimiento para evitar que estos libros sigan siendo utilizados».