El PCCh pone en marcha un plan trienal tendiente a sustituir progresivamente el mongol por el chino como principal idioma de instrucción en todas las escuelas de Mongolia Interior.
por Massimo Introvigne
Los maestros y profesores son llamados a reunirse en sus escuelas a la medianoche. Se les dice que deben mantener las reuniones en secreto. Esto no sucedió durante una guerra o una invasión. Está sucediendo actualmente en Mongolia Interior, región que las poblaciones locales de Mongolia prefieren llamar Mongolia del Sur.
¿Qué es tan importante y tan secreto? Es un plan elaborado por el Partido Comunista Chino (PCCh) para reemplazar progresivamente en las escuelas de toda Mongolia Interior el idioma mongol por el chino, ampliando así un experimento realizado a principios de este año en la ciudad de Tongliao y sus alrededores, tal y como Bitter Winter había informado anteriormente.
A partir del 1 de septiembre próximo, el chino se convertirá en el principal idioma de instrucción en todas las escuelas primarias y secundarias. Esto está siendo presentado como «educación bilingüe», pero de hecho, varias asignaturas principales solo se enseñarán en chino, y el programa se extenderá a las escuelas secundarias y aumentará aún más el uso del chino a través de otras dos etapas, las cuales comenzarán en septiembre de 2021 y septiembre de 2022, respectivamente. “A los maestros y profesores se les dijo que es una decisión del Gobierno central; no se trata de una decisión tomada por el Gobierno de la región autónoma”.
Las reuniones nocturnas y secretas fueron organizadas para evitar las esperadas protestas de la población de habla mongola. Pero las noticias se están esparciendo, y muchos padres amenazan con no enviar más a sus hijos a las escuelas “sinizadas”. Incluso los niños se toman fotografías con carteles de protesta contra la destrucción de su cultura. Según informó el Centro de Información de Derechos Humanos de Mongolia del Sur, la diáspora de Mongolia del Sur en el extranjero también se está movilizando. La misma considera que solo mediante un fuerte apoyo internacional se podría frenar, si no detener, el genocidio cultural de Mongolia del Sur, menos conocido pero no por ello menos real que los que afectan al Tíbet y a Sinkiang.