El régimen de China no acepta las elecciones religiosas de los creyentes y los sanciona por no saludar a la bandera china o por negarse a cantar el himno nacional.
por Wu Xishan
En el mes de mayo, en el sureste de China, la policía investigó a una estudiante por no saludar a la bandera nacional durante una ceremonia escolar de izamiento de la bandera. Más tarde se descubrió que su madre era miembro de los testigos de Jehová, y la misma fue arrestada e interrogada sobre los vínculos de la Iglesia en el extranjero. Su esposo y su hija también fueron interrogados, y la mujer permaneció detenida durante cinco días por «perturbar el proceso de enseñanza».
Según un creyente, los testigos de Jehová no se alinean con ideologías políticas ni cantan himnos nacionales debido a su fe. Tampoco se afilian a organizaciones políticas, tales como el Partido Comunista. Sus hijos también se niegan a unirse al Cuerpo de Jóvenes Pioneros de China y a llevar su símbolo, el pañuelo rojo.
Estas y otras similares expresiones de «neutralidad política» de los testigos de Jehová, entre las que se incluyen no votar en las elecciones ni servir en el ejército, han llevado a muchos creyentes a tener problemas con las autoridades chinas. A diferencia de la mayoría de los países democráticos, China no reconoce peculiaridades tales como la libertad religiosa de este grupo y continuamente persigue a sus miembros, los cuales a menudo son considerados una amenaza para su estabilidad política.
En el acta de acusación de la Procuraduría Popular de la ciudad de Korla, en Sinkiang, contra 18 testigos de Jehová, publicada en el año 2019, se afirma que estos creyentes “abogaban y propagaban los pensamientos de la denominada ‘neutralidad política’, e ideas relacionadas con no reconocer la cultura tradicional china, no alistarse en el ejército, no cantar el himno nacional, rechazar el servicio militar, no izar la bandera nacional, no participar en las elecciones, etc.”.
Los 18 creyentes anteriormente mencionados posteriormente fueron sentenciados a extensas penas de cárcel por «organizar y utilizar una organización xie jiao para socavar la aplicación de la ley». No obstante, los testigos de Jehová no están incluidos en la lista de xie jiao elaborada por el Partido Comunista Chino (PCCh).
Múltiples documentos del PCCh emitidos desde el año pasado específicamente mencionan severas represiones contra los testigos de Jehová para impedir que los mismos lleven a cabo sus actividades religiosas.
El 25 de abril, la policía arrestó a un presbítero japonés perteneciente a los testigos de Jehová mientras estaba cenando en el hogar de un compañero de fe emplazado en la Región Autónoma de Mongolia Interior. Según un testigo de Jehová local, 11 funcionarios pertenecientes a la Agencia de Asuntos Religiosos y varios agentes de policía irrumpieron en la vivienda y registraron las instalaciones. Tras comprobar la identidad japonesa del hombre, los agentes lo llevaron esposado y con grilletes hasta una comisaría de policía para someterlo a un interrogatorio nocturno. El interrogatorio no arrojó ningún tipo de resultado, por lo que le ordenaron al ciudadano japonés que «abandonara China en el plazo de una semana».
Un creyente procedente de la ciudad de Weihai, en la provincia oriental de Shandong, le dijo a Bitter Winter que, en agosto del año pasado, una pareja de testigos de Jehová procedente de Corea del Sur fue arrestada mientras compartía el Evangelio en la ciudad de Qingdao de la provincia. La misma fue posteriormente deportada a su país de origen y se le prohibió ingresar a China durante un plazo de cinco años. El creyente también reveló que una gran cantidad de predicadores surcoreanos que residían en Qingdao y otras ciudades, tales como Yantai y Jinan, se vieron obligados a abandonar China, ya que en el país se incrementó la persecución religiosa.
Los misioneros pertenecientes a los testigos de Jehová procedentes del extranjero se muestran reacios a abandonar China a pesar de la difícil situación por la que están atravesando. Los mismo a menudo adoptan diversas estrictas medidas de seguridad durante las reuniones y se mudan con frecuencia para evitar llamar la atención. Pero con cada nueva medida de vigilancia del PCCh, ya sea mediante la utilización de informantes ciudadanos o herramientas de alta tecnología, los espacios seguros para practicar su fe en China se están extinguiendo.