Luchando contra las crecientes preocupaciones con propaganda, las autoridades chinas les exigen a los agricultores que se dediquen a cultivar alimentos básicos, sin tener en cuenta sus necesidades y circunstancias.
por Deng Jie
El llamamiento efectuado por el presidente Xi Jinping para frenar el desperdicio de alimentos en China ha suscitado especulaciones de que el país se enfrenta a una inminente escasez de alimentos causada por la pandemia, las devastadoras inundaciones y las crecientes tensiones con Estados Unidos y otros países.
Los testimonios de innumerables agricultores sobre las estrictas medidas implementadas por las autoridades para obligarlos a plantar cultivos de alimentos básicos no disipan estas preocupaciones.
En el mes de abril, el Gobierno de Shilai, un poblado administrado por la ciudad a nivel de condado de Xintai, en la provincia oriental de Shandong, les exigió a todas las aldeas bajo su jurisdicción que plantaran cereales en lugar de árboles durante los siguientes cinco años. Se ordenó la tala de los árboles ya plantados para dar paso a campos de cultivos alimentarios. En la aldea de Zuojiagou, todos los álamos fueron talados durante la noche, sin el consentimiento de los agricultores que los habían plantado. Cuando los mismos intentaron buscar justicia, la respuesta fue que la orden provenía de los altos mandos.
«El Gobierno exige sembrar cultivos alimentarios porque la reserva nacional de cereales está vacía y China no puede importar cereales de Estados Unidos», cree un residente de la aldea.
Los residentes de otro poblado de la ciudad de Xintai le dijeron a Bitter Winter que los árboles existentes en más de una docena de aldeas, un total de 16,5 acres, fueron destruidos por la fuerza por matones contratados por el Gobierno en el mes de julio.
“Destruyeron los árboles en secreto durante la noche”, afirmó un aldeano anciano. “El Gobierno al menos debería habernos informado. No podremos vender los árboles talados y tendremos que utilizarlos como leña. En China, el que sufre siempre es el pueblo”.
«Esos matones portando largos palos de madera habrían golpeado a todo el que intentara oponerse», agregó otro aldeano de aproximadamente 60 años. «Nadie se atrevió a protestar. La política de tala de árboles es obligatoria; no hay lugar para la discusión».
Aldeanos ancianos de la zona rural de la ciudad de Guangzhou, en la provincia sureña de Cantón, se vieron obligados a plantar arroz en sus campos de árboles.
“El Gobierno emitió un aviso exigiendo plantar arroz en lugar de árboles en todos los campos a partir del 1 de mayo, si no lo hacemos revocarán nuestros derechos de gestión de la tierra”, explicó un agricultor local.
Debido a que en China, las tierras de cultivo solo pueden ser de propiedad colectiva y están controladas por el Estado, los agricultores solo pueden utilizarlas si poseen derechos contractuales o de gestión. Por lo tanto, el Gobierno ahora se vale de las amenazas para retirar estos derechos y así obligar a los agricultores a plantar cultivos alimentarios básicos.
Los agricultores de edad avanzada, incapaces de llevar a cabo una labor física extenuante, ahora deben contratar trabajadores para la siembra, para asegurarse de que las autoridades no les quiten la tierra. Algunos de sus hijos se han visto obligados a regresar a casa para ayudar a sus padres.
«Tengo 70 años y mala salud», se lamentó otro aldeano. «No he trabajado la tierra durante más de diez años, pero ahora me veo obligado a hacerlo».
“En una ocasión, el Gobierno ordenó plantar árboles frutales, y ahora arroz”, se quejó un agricultor de mediana edad. “El que desobedezca puede perder su derecho a trabajar la tierra. La gente en China ni siquiera puede poseer un pedazo de tierra. El Gobierno tiene la última palabra en todo”.
En otra aldea de Cantón, se les pidió a los residentes que destruyeran todos los árboles y otras plantas con frutos casi maduros y que en su lugar plantaran arroz en un plazo de 17 días.
«Los árboles de lichi de mi familia se habrían cosechado pronto, pero fueron destruidos, lo cual provocó una pérdida de más de 10 000 yuanes [alrededor de 1400 dólares]», afirmó una aldeana, agregando que el Gobierno no le ofreció ningún tipo de compensación.
“En las noticias se está informando que el Estado posee un suministro adecuado de alimentos, pero nos vemos obligados a sembrar cultivos alimentarios”, se quejó otro aldeano. “Uno puede pensar que el Estado carece de granos porque nunca dicen la verdad”.
A pesar de la propaganda del Partido Comunista Chino tendiente a mitigar el pánico generado por la escasez de alimentos, los expertos continúan expresando sus preocupaciones. El economista chino Hu Xingdou cree que la producción de alimentos de China se enfrenta a la incertidumbre y que el país puede correr el riesgo de tener que importar granos del extranjero. «Me temo que en el futuro, China todavía tendrá que depender de la autosuficiencia y aumentar la tasa de autosuficiencia al 90% y al 95%», afirmó en una entrevista. La autosuficiencia de granos de China actualmente se encuentra en torno al 80% y el país sigue siendo el mayor importador de granos del mundo.