Unirse a la Asociación Patriótica Católica China no significa que las persecuciones cesan: los lugares sancionados por el Estado también son acosados, indebidamente controlados y clausurados.
por Yang Xiangwen
Durante años, las iglesias católicas no registradas de toda China han sido presionadas para que se unan a la Asociación Patriótica Católica China (APCC) administrada por el Gobierno mediante amenazas e intimidaciones, y se les promete tranquilidad y poder practicar su fe sin obstáculos mientras estén bajo el control del Estado. Pero la realidad es otra: numerosos lugares registrados son acosados e intimidados, independientemente de su estatus oficial.
El Gobierno del condado de Linyi en Dezhou, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia oriental de Shandong, clausuró en el mes de junio dos iglesias afiliadas a la Asociación Patriótica Católica China (APCC), alegando que «a las reuniones no asistían demasiados miembros de la congregación».
El 6 de junio, una iglesia de la aldea de Wangdangjia fue despojada de todas sus cruces, otros símbolos religiosos y sus bancos. El letrero con la leyenda “Iglesia Católica” situado sobre su entrada fue cubierto con tablas de madera. La iglesia católica emplazada en la calle Cuijia pronto fue clausurada de manera similar.
El 19 de mayo, los funcionarios locales ordenaron retirar la cruz y la estatua de la Virgen María que se encontraban situados en lo alto de la iglesia católica de la aldea de Wuqiu en el poblado de Jinling, administrada por el condado de Lanling de la ciudad a nivel de prefectura de Linyi, porque “eran más altos que el edificio del comité de la aldea».
El 10 de noviembre del año pasado, funcionarios del Gobierno del condado de Tancheng se presentaron en una iglesia católica registrada para demoler su campanario, una estatua de Jesús y un pilar de cemento sobre el que solía estar la cruz previamente retirada. Declararon que tales estructuras religiosas no estaban permitidas. La iglesia rectificada ahora luce como un edificio residencial normal.
Los católicos registrados también son reprimidos en la provincia norteña de Hebei. Una iglesia católica de la aldea de Zhangmengtun en la ciudad de Dingzhou, inaugurada en el año 2017 con la aprobación del Gobierno, fue construida en estilo occidental.
El 2 de junio, funcionarios del poblado se presentaron en el lugar para clausurar la iglesia. Primero destruyeron algunos de los pilares de estilo romano de la iglesia, eliminaron todos los símbolos religiosos existentes dentro y fuera de la misma, entre los que se incluían el altar, el podio, los bancos, las imágenes de las 14 estaciones del vía crucis y una paloma ornamental situada en el techo de la iglesia, y cubrieron con pintura los símbolos de la cruz que se hallaban grabados en baldosas cerámicas.
A mediados de mayo, funcionarios del Departamento de Trabajo del Frente Unido y otras instituciones estatales, acompañados por la Brigada de Seguridad Nacional y agentes de policía, acudieron a supervisar la remoción de cinco cruces de una iglesia católica emplazada en el condado de Julu, administrado por la ciudad a nivel de prefectura de Xingtai. El letrero que contenía los caracteres chinos que significaban «Iglesia Católica» también fue eliminado de este lugar de 83 años de antigüedad aprobado por el Estado.
El diácono de otra iglesia de Hebei, cuya cruz fue retirada y donde se instaló una cámara de vigilancia en su entrada en el mes de julio, explicó que la iglesia se había unido a la APCC, con la esperanza de que la dejaran en paz y le permitieran organizar servicios de culto. “Pero la situación ha cambiado, y las iglesias registradas a veces son más acosadas que las no registradas. Las mismas también son despojadas de sus cruces”, afirmó el diácono. “El Gobierno confía aún más en controlar las iglesias registradas. Si lo hubiéramos sabido de antemano, no nos hubiéramos unido a la APCC”.