En el mes de mayo, el PCCh puso en marcha otra campaña a gran escala contra lugares budistas y taoístas emplazados en la provincia central de China donde se originó el coronavirus.
por Li Wensheng
Muchos esperaban que el brote de coronavirus frenara la represión religiosa en China, pero no fue así. Para el Partido Comunista Chino (PCCh), tomar medidas drásticas contra las personas de fe ha sido más importante que resolver los problemas sociales asociados con la pandemia.
Como las restricciones implementadas a causa del coronavirus se suavizaron en el mes de mayo, el Gobierno del condado de Jianli, en la ciudad a nivel de prefectura de Jingzhou de Hubei, ordenó rectificar los lugares budistas y otros lugares religiosos antes de fines de junio.
«Esta ronda de rectificación es más rigurosa que nunca», le dijo un funcionario del Gobierno local a Bitter Winter. «Todos los templos no registrados deben ser vaciados y clausurados, y los que se nieguen a ser rectificados según las órdenes serán demolidos. Los funcionarios están eliminando los nombres de sus hijos grabados en las placas de reconocimiento de donantes de los templos porque temen que sus carreras se vean afectadas y sus familias implicadas».
En el siguiente mes y medio, el templo taoísta de Dimu, el Templo de Nanqin y el Templo de Dawang, así como el templo budista de Wenxin, todos ellos con una historia de más de 100 años, fueron convertidos en centros de actividades para ancianos. El templo del palacio de Yuling fue convertido en una biblioteca.
El Templo de Daxian, el Templo de Baiyi, el Templo de Hewang y el Templo de Tianshou (todos ellos lugares taoístas), dos templos budistas —el Templo de Chongying y el Templo de Yuandi— y dos templos pertenecientes a la religión popular —el Templo de Guandi y el Templo de Xianggong— fueron clausurados. Para evitar que reanudaran sus actividades, los funcionarios destruyeron todas las estatuas religiosas y los quemadores de incienso y bloquearon las entradas a los lugares.
“Los líderes provinciales, municipales y del condado nos llaman a diario, exigiendo el cierre de templos y el arresto de todo el que intente protestar”, explicó un secretario del Partido de la aldea. «La política es tan rigurosa porque hay demasiadas personas de fe en China, muchas veces más que miembros del Partido Comunista».
En el mes de junio, los gobiernos de las ciudades de Ezhou y Huangshi convocaron a reuniones para hablar sobre la rectificación de los lugares budistas y taoístas. Según datos preliminares, en el mes de junio, en Huangshi, se clausuraron o reconvirtieron 97 templos, y sus estatuas fueron removidas. Numerosas estatuas budistas fueron demolidas en Ezhou una semana después de la reunión y los templos fueron reconvertidos para otros usos. Algunos fueron convertidos en edificios residenciales.
El Templo de Songlin emplazado en Ezhou fue convertido en un sitio de agroturismo luego de que todas sus estatuas budistas fueran destruidas. El antiguo Templo de Futian se vio obligado a retirar sus estatuas budistas antes de ser convertido en un centro de actividades para ancianos. Coaccionados y amenazados por el Gobierno, varios templos, entre los que se incluían el Templo de Puguang, el Templo de Wusi y el Templo de Songhuang, tuvieron que eliminar sus estatuas budistas.
“Tales políticas son las mismas que durante la Revolución Cultural, cuando estaba prohibido adorar a Buda”, comentó la directora de uno de los templos, de aproximadamente 80 años. «Quitaron la estatua del Bodhisattva que había adorado durante décadas».
El Gobierno del condado de Jianli repetidamente trató de tomar el control y demoler el Templo de Taishan local. Luego de numerosos de intentos de hacer que el director del lugar budista se mudara, los funcionarios amenazaron con despedir a sus hijos de sus trabajos. Solo entonces el director sucumbió a la presión y el templo fue demolido ese mismo día.
Un templo budista con el mismo nombre fue demolido el 15 de mayo en la ciudad de Shiyan. Este templo de Taishan había sido construido hacía un año, y solo su Salón de la Gran Fortaleza había costado al menos cuatro millones de yuanes (alrededor de 590 000 dólares). El Gobierno local instó a los tres hijos de su director, los cuales trabajan en instituciones estatales, a persuadir a su padre para que aceptara la demolición. Temiendo que sus hijos pudieran perder sus empleos, el director accedió. Ese mismo día, más de 200 funcionarios gubernamentales fueron enviados a destruir el templo.
“Los funcionarios bloquearon todas las carreteras, impidiendo que la gente se acercara y confiscaron sus teléfonos”, recordó un testigo presencial. «Más de una docena de excavadoras demolieron el templo durante la noche».
«Debemos implementar esta política», afirmó un funcionario del Gobierno local. «Si el Partido Comunista dice que infringiste la ley, significa que lo hiciste».
El 9 de mayo, funcionarios del poblado de Taizi en la ciudad de Huangshi, acompañados por más de diez funcionarios de gestión urbana, se presentaron en el templo budista de Xiabao para demolerlo. Haciendo caso omiso de las súplicas de su director, hicieron un gran agujero en la pared trasera del templo. El director accedió a terminar de destruir el templo, con la esperanza de preservar al menos algunos de los materiales de construcción.
El director de un templo taoísta registrado ante el Estado en Huangshi le dijo a Bitter Winter que el secretario de la comunidad ordenó retirar todas las estatuas religiosas de los lugares de culto, independientemente de si poseen un certificado emitido por el Gobierno o no. “Nuestro templo hubiera sido demolido si no hubiéramos retirado las estatuas”, explicó el director, agregando que varios funcionarios locales se presentaron en el templo y destrozaron algunas de las estatuas ellos mismos.
«Los funcionarios nos dijeron que, para fines de junio, todos los templos debían haber sido reconvertidos para ser utilizados para otros fines», afirmó el director de otro templo emplazado en Huangshi. «Se emplearán drones para comprobar si los templan han sido rectificados».
Durante una inspección llevada a cabo en el templo budista de Dongyue emplazado en Wangchang, una aldea bajo la jurisdicción del poblado del mismo nombre, en la ciudad a nivel de condado de Qianjiang, los funcionarios encontraron libros de escrituras y ordenaron quemarlos. Al director del lugar se le ordenó filmar la quema y enviarles las imágenes.
Durante la segunda mitad del año pasado, numerosas estatuas budistas existentes en Hubei fueron ocultadas de los ojos de la gente. Entre ellas se encontraba una estatua de “Kwan Yin de las mil manos” situada en el Templo de Kwan Yin del poblado de Guihua de la ciudad de Xianning y una estatua de Kwan Yin de 8 metros de altura que se encontraba situada en el Pabellón de Kwan Yin de la ciudad, ambas ocultadas en el mes de noviembre, y una estatua de “Kwan Yin de los dos rostros” de 21,8 metros de altura situada en el famoso Templo de Kwan Yin emplazado en la capital de la provincia, Wuhan, la cual fue ocultada el 30 de septiembre.
«El Bodhisattva nunca verá la luz del día hasta que Xi Jinping deje de ocupar el cargo», comentó un creyente budista procedente de Xianning.