Las autoridades chinas han continuado la vigilancia de un anciano cristiano después de su tortura.
por Jiang Tao
En septiembre del año pasado, la policía detuvo a Zhang Qunyou (seudónimo) y a otros siete cristianos que se encontraban congregados en una reunión religiosa. El Sr. Zhang fue inicialmente liberado el mismo día.
Sin embargo, cinco días después, la policía se presentó en su casa y lo arrestó nuevamente. Estuvo detenido durante siete días. El Sr. Zhang es un hombre de unos 70 años, padece diabetes y tuberculosis. También tiene problemas de audición. Después de su detención, se le exigió que se presentara en la estación de policía todos los días. Se le permitía volver a su casa solo después de que anocheciera.
El 22 de septiembre, fue nuevamente detenido. No obstante, en esta ocasión fue interrogado extensamente y torturado brutalmente. Ataron sus pies a las patas de una cama y golpearon todo su cuerpo. Como consecuencia de ello, su cara y sus manos quedaron entumecidas. No pudo comer ni beber agua durante días. Durante un tiempo, tuvo que depender de sustancias líquidas para mantenerse con vida.
Al ver su estado, la familia del Sr. Zhang se angustió mucho y exigió una explicación sobre su detención. La policía no tuvo nada concreto que decir y, en cambio, solo alegó que se había puesto en contra del partido.
El Sr. Zhang es miembro de los «Shouters» (Gritones), las autoridades chinas utilizan este término para una variedad de comunidades cristianas, incluida la Iglesia Local, por su práctica de gritar el nombre del Señor en voz alta. Hoy en día, los «Shouters» son designados como un xie jiao, lo cual se refiere a enseñanzas no ortodoxas en China. Cualquier tipo de asociación con un xie jiao es punible según el artículo 300 del Código Penal Chino, y puede conducir a detención inmediata.
La familia del Sr. Zhang intentó sacarlo de prisión pagando 20 000 yuanes en concepto de sobornos, pero no funcionó. Más tarde, sin embargo, cuando le diagnosticaron una embolia cerebral, los oficiales de policía se sintieron preocupados de que pudiera morir mientras se encontraba detenido y lo liberaron en octubre, por tan solo 3600 yuanes.
Las autoridades no han liberado su control absoluto sobre el Sr. Zhang. Se pretende que se presente en la estación de policía todos los meses y tiene prohibido abandonar la ciudad por dos años. Se espera que esté disponible en todo momento y se encuentra bajo vigilancia constante.