Los cuadros del Partido de una aldea de Jiangxi se apoderaron de un centro de congregación cristiana y ahora lo utilizan para su trabajo diario.
En junio pasado, algunos creyentes se congregaron en una iglesia doméstica en la ciudad de Fuzhou, Jiangxi, y el secretario del Partido de la aldea los denunció a la policía. Poco después, la iglesia fue cerrada y acordonada. Los creyentes recibieron amenazas: si los encontraban allí de nuevo serían multados con 60 000 yuanes (casi 9000 dólares) y enviados a prisión.
Tres días después, el secretario del Partido de la aldea buscó al jefe de la iglesia y lo amenazó: “Si no nos cedes el centro de congregación para que lo utilicemos como oficina, buscaremos una excavadora y lo demoleremos”. Los creyentes no cedieron a sus peticiones, pero, de todos modos, tuvieron que ver cómo se apoderaba de la iglesia y retiraba la cruz.
En apenas un mes, los cuadros de la aldea pintaron el centro y colocaron el cartel del Comité del Partido de la aldea. Cerrada y embargada de forma ilegal, la iglesia se utiliza ahora como sede del Partido Comunista Chino en la aldea.
Informado por Lin Yijiang