Un cristiano procedente de Gansu fue arrestado cuatro años atrás a causa de sus creencias religiosas. El mismo ha completado su condena, pero sigue siendo vigilado por las autoridades.
Bitter Winter recientemente habló con Wang Zhongyi (seudónimo), un cristiano de 68 años de edad perteneciente a una iglesia doméstica. El mismo ha pasado tres años de su vida en prisión por creer en Dios. En la actualidad se encuentra nuevamente en su hogar, pero está lejos de ser libre.
En agosto de 2014, 13 oficiales de la estación de policía local del condado Yuzhong, en la provincia de Gansu, realizaron un allanamiento ilegal en la casa del Sr. Wang. Durante el mismo confiscaron tres Biblias y 1000 yuanes (alrededor de 150 dólares) en efectivo.
El Sr. Wang fue interrogado en la estación de policía, pero fue liberado ese mismo día. No obstante, cinco días después, varios oficiales de policía se presentaron nuevamente en su hogar y esta vez, lo llevaron hasta un centro de detención local.
Posteriormente, la policía tomó sus huellas dactilares, sus huellas palmares y muestras de sangre. Su caso fue archivado, pero pasó el siguiente año y medio detenido sin haber sido enjuiciado. Su familia intentó sacarlo de prisión pagando más de 10 000 yuanes o 1500 dólares en sobornos, pero no pudieron lograr su cometido.
Mientras estuvo detenido, el Sr. Wang fue presionado repetidamente para proporcionar los nombres de otros creyentes. Fue forzado a firmar una «declaración de arrepentimiento», una «declaración de ruptura» y una «declaración de garantía».
En febrero de 2016, el tribunal sentenció al Sr. Wang a tres años de prisión por «participar en una organización xie jiao, por estar involucrado en actividades supersticiosas y alterar el orden público». Fue trasladado a la prisión de Dingxi, en la provincia de Gansu, para cumplir su condena.
Mientras estuvo en prisión, el Sr. Wang debía trabajar 13 horas por día pegando etiquetas en prendas de vestir. Si no cumplía con las tareas que se le asignaban, debía trabajar horas extras. Como consecuencia del trabajo pesado en el que debía permanecer sentado en la misma posición durante horas, el Sr. Wang ha desarrollado graves problemas de salud.
El Sr. Wang finalmente fue liberado en septiembre del año pasado. Sin embargo, la policía todavía le exige que se presente regularmente en la estación. En ocasiones, los oficiales lo visitan en su hogar para preguntarle si todavía posee creencias religiosas.
Informado por Ma Xiagu