Siete creyentes fueron arrestados en Shanxi y han sido sometidos a terribles torturas durante su interrogatorio.
por Feng Gang
En marzo de 2015, siete cristianos de una iglesia doméstica en el condado de Xing, en Shanxi, viajaban a la ciudad de Ordos en Mongolia Interior. Un creyente local, que quería llevar a cabo una reunión religiosa, los invitó a la ciudad. El grupo de siete incluía a cuatro miembros administrativos de la iglesia y a tres creyentes, uno de los cuales también conducía el vehículo en el que viajaban.
La policía interceptó al grupo mientras regresaban a casa y encontraron que tenían Biblias con ellos. Eso fue suficiente para arrestarlos, al igual que a su anfitrión local. Todos fueron llevados al Departamento de Seguridad Pública para ser interrogados.
Durante los interrogatorios, al menos dos creyentes fueron brutalmente torturados. Fueron golpeados con bastones eléctricos, provocando que a uno de los creyentes se le enroscaran las uñas. Otro, que tenía más de sesenta años, terminó con las costillas rotas al final de su interrogatorio.
El anfitrión local fue liberado después de dos semanas. El resto, sin embargo, tuvo su juicio en julio de ese año. A su abogado, que buscaba defenderlos con una declaración de no culpabilidad, no se le dio la oportunidad de presentar su caso. La corte condenó a los siete de participar en un xie jiao. El término se refiere a enseñanzas heterodoxas, que son punibles bajo el Artículo 300 del Código Penal Chino. Normalmente, esto conlleva una sentencia de tres a siete años o más.
Los cuatro trabajadores de la iglesia fueron sentenciados a cuatro años de prisión y dos creyentes recibieron una pena de tres años. Uno de los creyentes, que también era el conductor, recibió únicamente un año, ya que su familia usó sus influencias y pagó 120 000 yuanes, o casi 18 000 dólares, en sobornos.
Todos los creyentes regresaron a casa, pero los trabajadores de la iglesia siguen cumpliendo su sentencia en la Prisión de Hohhot en Mongolia Interior.