Como parte de la reciente ofensiva contra la religión, uno de los principales funcionarios del PCCh visitó el Tíbet y exigió la lealtad absoluta de los monjes — o deberán atenerse a las consecuencias.
Wang Yang, considerado el cuarto funcionario de más alto rango del Partido Comunista Chino (PCCh), visitó el Tíbet el 26 y 27 de agosto y se reunió con monjes budistas leales al Partido en el Instituto Teológico Budista del Tíbet. Según fuentes procedentes de Hong Kong e internacionales, los medios de comunicación chinos lo citaron enfatizando la importancia del estricto control del PCCh sobre las instituciones budistas del Tíbet, e instando «a estar preparados y tomar precauciones para afrontar el peligro en tiempos de prevención / estabilidad».
Los monjes, dijo, deberían ayudar al PCCh en su «batalla contra los elementos separatistas», lo cual incluye hallar una forma de aplicar el principio de «sinicización de la religión» también al budismo tibetano. Cuando habla de «elementos separatistas», el PCCh normalmente se refiere a los budistas tibetanos leales al Dalai Lama.
Como parte de la ofensiva contra la religión llevada a cabo en todo el país, Wang también les recordó a los monjes que los menores de edad no pueden participar en actividades religiosas. Los estudiantes en El Tíbet deben firmar un compromiso de «no participación en ninguna forma de actividad religiosa» durante las vacaciones escolares de verano.
Como de costumbre, las cosas pueden ser aún peores para los tibetanos que viven en China, fuera de la llamada Región Autónoma del Tíbet (TAR), a la que los medios occidentales le prestan más atención. Según se informa, monjes tibetanos jóvenes se han visto obligados a abandonar uno de los monasterios más grandes de una región tibetana de China Occidental.