El grupo incluía 28 estudiantes menores de edad, los cuales estaban reunidos en un área remota al momento de la detención.
por Yao Zhangjin
El 18 de julio, Xie Biao, pastor de la Iglesia de Sola Fide, organizó un campamento de verano religioso en un bosque remoto en la ciudad de Langzhong en Sichuan. El grupo estaba conformado por 12 adultos y 28 estudiantes de secundaria y preparatoria.
Tan pronto los habitantes del pueblo se percataron de las actividades religiosas que se llevaban a cabo en el lugar, informaron a la policía. Ocho agentes de la comisaría local se presentaron en el campamento con tres patrullas y lo cerraron. Confiscaron las biblias que había en el sitio y acusaron al grupo de ser un movimiento xie jiao. Hace referencia a enseñanzas heterodoxas en China, y participar en actividades de ese tipo es un delito castigado por el artículo 300 del Código Penal Chino con penas de prisión de entre tres y siete años o más.
El grupo fue trasladado al comité del pueblo. Los adultos cristianos fueron llevados a la ciudad de Langzhong para un interrogatorio y el pastor sigue bajo custodia policial. Los demás adultos fueron liberados poco después.
A los niños se les pidió que proporcionaran datos como su nombre, escuela y domicilio, información sobre sus padres, entre otras. Ocho de los niños fueron trasladados rápidamente a la cercana comisaría de Manfuba, donde sus padres pasaron a recogerlos. Los demás menores fueron liberados poco después. Se les advirtió a todos que no podían participar en más actividades religiosas ni utilizar prendas de vestir relacionadas con la Iglesia.
De acuerdo con el nuevo Reglamento sobre Asuntos Religiosos, los centros para actividades religiosas no pueden utilizarse para impartir educación religiosa a menores. Para hacer cumplir esta norma, los Gobiernos provinciales y municipales de China han emitido un documento que establece lo siguiente: “Los centros religiosos no impartirán educación religiosa, formación ni ningún otro tipo de instrucción, como campamentos de invierno o verano, a menores”. En el documento se advierte además que “en caso de incumplimiento, la persona a cargo del centro será responsable y sus credenciales religiosas serán revocadas”.
Sin embargo, al hacerlo, las autoridades del Partido Comunista de China han violado las Convenciones de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, según las cuales los Estados deben respetar el derecho de los menores a “la libertad de pensamiento, conciencia y religión”.