Un pastor recientemente liberado lucha por vivir una vida normal después de una brutal sentencia de prisión.
por Gu Qi
En marzo de 2014, Zhou Xi (seudónimo) fue arrestado por predicar el Evangelio. El Sr. Zhou era pastor de una Iglesia doméstica en Mongolia Interior. Otros 34 creyentes fueron detenidos junto con él, incluidos cuatro compañeros de trabajo.
El Sr. Zhou fue acusado de «utilizar una organización xie jiao para socavar la aplicación de la ley». La misma se refiere a enseñanzas heterodoxas en China, y ser activo en un xie jiao es punible por el artículo 300 del Código Penal Chino con una pena de prisión de tres a siete años. El Sr. Zhou recibió una pena de prisión de tres años y tres meses.
Cumplió su condena en la prisión del Pabellón Militar de Hangjin, y la segunda parte en una prisión de Hohhot, en Mongolia Interior. Pese a que pudo regresar a su hogar en junio de 2017, el Sr. Zhou es una pálida sombra de lo que solía ser antes de su encarcelamiento.
Sus familiares afirman que desde que fue puesto en libertad, ha tenido mal genio y no interactúa con las personas. El Sr. Zhou también ha realizado múltiples intentos de suicidio durante el transcurso del último año, pero fue salvado por sus familiares en cada una de las ocasiones. Ha sido diagnosticado con una enfermedad mental no revelada. También padece problemas cardíacos y estomacales. Lucha contra el temblor en sus extremidades, razón por la cual le resulta difícil dormir por la noche.
Según fuentes, el comportamiento anormal del Sr. Zhou es indicativo de haber sido sometido a una tortura brutal mientras estuvo en prisión. Debe haber sufrido una intimidación física y mental extrema a manos de la policía respaldada por el Partido Comunista Chino (PCCh). De hecho, las autoridades aún hoy en día continúan acosándolo.
En junio, dos oficiales de policía visitaron la casa del Sr. Zhou para advertirle que no abandonara la ciudad. Le dijeron que, si deseaba viajar fuera de ella, debería visitar la estación de policía local y solicitar un permiso. Este mes, fue convocado nuevamente por la Brigada de Seguridad Nacional para asistir a clases en un campo de «transformación por medio de educación». Cuando el Sr. Zhou trató de evitar las citaciones y trasladar a su familia a otra parte de la ciudad, las autoridades lo localizaron una vez más.
El Sr. Zhou tiene prohibido predicar el evangelio o creer en Dios. No puede abandonar su ciudad y continúa siendo vigilado por el PCCh. La menor violación puede llevarlo a nuevamente a prisión.