Mientras que innumerables mezquitas han sido clausuradas o convertidas en sitios no religiosos en Sinkiang, algunos musulmanes han perdido familias enteras al ser encarceladas.
En la ciudad de Shihezi, en Sinkiang, las autoridades recientemente clausuraron una mezquita y la convirtieron en una base de entrenamiento militar. Su símbolo de la luna y la estrella había sido desmantelado hace mucho tiempo y en las instalaciones del lugar ya había sido colocada una bandera china. A un reportero de Bitter Winter no se le permitió ingresar al edificio, el cual actualmente se encuentra bajo estricta vigilancia policial.
Según una fuente, varios creyentes fueron arrestados en la mezquita a principios de este año. Entre ellos se encontraba una joven de etnia hui de 17 años de edad y su madre, las cuales actualmente permanecen detenidas en un campamento de «transformación por medio de educación». La joven solía estudiar el Corán en la mezquita.
Otra mezquita pronto será convertida en un sitio de entretenimiento y, mientras tanto, para mantener a los creyentes alejados del lugar, funcionarios gubernamentales han comenzado a vivir en sus instalaciones. En una zona cercana, luego de que las autoridades clausuraran una mezquita y confinaran a sus imanes en un campamento, se instalaron cámaras en lugares de dominio público a fin de garantizar que nadie practicara el islam o hablara con reporteros.
Pero más allá de estas clausuras, muchos musulmanes en Sinkiang han perdido a todos sus familiares a causa de las detenciones.
Xeyrigül, una mujer musulmana de aproximadamente sesenta años, tiene diez familiares actualmente detenidos en un campamento de «transformación por medio de educación». Su hija, Amanda, fue detenida en febrero de este año.
La misma afirmó que los funcionarios revisaron el teléfono de su hija y la detuvieron a causa de una foto. “La foto fue tomada hace varios años cuando mi hija y mi nieto se encontraban en un parque y ella llevaba un velo en la cabeza. Ellos afirmaron que usar un velo en la cabeza significaba que era religiosa», reveló la anciana.
Su hija aún permanece detenida y a Xeyrigül no se le ha permitido verla ni una sola vez. También le preocupa que, dadas las malas condiciones imperantes en el campamento, Amanda podría estar sufriendo aún más debido a que ya estaba enferma cuando fue detenida.
Al mismo tiempo que a su hija, las autoridades también detuvieron a los sobrinos de la mujer. Uno de ellos era un imán y el otro cometió el «crimen» de ver una película religiosa llamada Génesis. La esposa de uno de sus sobrinos también fue arrestada y tres de ellos fueron condenados a diez años de prisión.
La nuera de la mujer fue detenida en la prefectura autónoma kazaja de Ilí el año pasado, debido a que cuando su padre falleció, la misma llevaba un velo blanco en la cabeza. La región posee una política contra los atuendos de luto y a pesar de que la joven era una empleada del Gobierno, fue detenida.
Otros cinco familiares, todos los cuales forman parte de la familia de su hermana mayor, se encuentran actualmente detenidos en un campamento de «transformación por medio de educación».
Cuando se le preguntó cómo se siente con respecto a la detención de tantos familiares, la misma afirmó: «El estado no permite que la gente crea en el islam». ¿Qué podemos hacer? La situación actual se asemeja a un cable de alta tensión. Tenemos nuestras opiniones, pero no nos atrevemos a hablar».
Con un millón de musulmanes detenidos en campos de «transformación por medio de educación», uno puede imaginar que en Sinkiang se están viviendo innumerables pesadillas de este tipo.
Información de Li Zaili