Debido a que las autoridades cada vez detienen a más y más hombres musulmanes, casi no queda nadie que trabaje en los campos.
En una aldea de la ciudad de Wusu, en Sinkiang, más de 40 hombres de etnia hui fueron recientemente arrestados y detenidos en una escuela local. La escuela fue convertida en un campamento de «transformación por medio de educación» y actualmente es vigilada por policía SWAT. A los detenidos, todos ellos personas de etnia hui, no se les permite reunirse ni comunicarse con sus familiares por teléfono.
Bitter Winter ha informado sobre varios aspectos de dichas detenciones masivas, incluyendo la forma en que las mismas provocan el desmantelamiento de familias y la aparición de traumas psicológicos. No obstante, otro tema crítico es su efecto sobre la agricultura de Sinkiang. La mayoría de estos hombres de etnia hui eran agricultores, y con ellos encarcelados, los cultivos se van a desperdiciar, ya que no hay nadie que pueda sembrarlos ni cosecharlos.
Una mujer, cuyo hijo y esposo fueron detenidos durante el último año, reveló cuán difíciles se habían vueltos las cosas en sus tierras de cultivo. “Mi familia sembró mucho algodón este año. Al estar solo yo y mi nuera en casa, nos resulta difícil administrar todo el trabajo que debe llevarse a cabo en el campo», afirmó. La misma también tiene un nieto que necesita ser atendido por su madre la mayor parte del tiempo.
La mujer también reveló que cuando algunas mujeres mayores discutieron sus problemas con los miembros del comité del Partido de la aldea, los cuadros no solo ignoraron su situación, sino que además las amenazaron con enviarlas también a ellas a los campamentos.
La mayoría de las familias de etnia hui en el área se encuentran padeciendo la misma situación. Mientras que el Estado chino continúa atacando los derechos humanos fundamentales de las minorías étnicas y religiosas; los ancianos, las mujeres y los niños no solo han sido privados de una vida familiar estable, sino también de sus medios de subsistencia.
Información de Li Zaili