Funcionarios han estado trabajando en segundo plano para sostener un conflicto entre creyentes y aldeanos locales. Debido a esto, una iglesia de las Tres Autonomías controlada por el gobierno permanece actualmente cerrada.
por Feng Gang
En el mes de marzo, mientras un funcionario gubernamental estaba llevando a cabo una inspección en la ciudad de Linfen del condado de Xiangning, en la norteña provincia de Shanxi, se enfureció al ver una iglesia de las Tres Autonomías recientemente construida en el área.
Para apaciguar al funcionario, sus subordinados comenzaron a instigar a los residentes no cristianos de la aldea para que obligaran a los creyentes a cerrar su iglesia. Los oficiales locales tuvieron éxito en su misión, y pronto, los aldeanos se sintieron molestos con la iglesia y con los creyentes.
Para expresar su desprecio, llenaron más de diez camiones con basura y la tiraron enfrente de la iglesia. También colocaron una pancarta que decía: “Hagamos que la iglesia se vaya de nuestra aldea”.
El 19 de marzo, aproximadamente 60 aldeanos les cerraron el paso a los creyentes que acababan de llegar a la iglesia. El impasse condujo a una pelea en la que dos creyentes resultaron heridos. Los creyentes llamaron a la policía para solicitar su ayuda, pero los oficiales se negaron a intervenir. En lugar de ayudarlos, les advirtieron que no ingresaran a la iglesia en el futuro.
Esa noche, cuando varios diáconos de la Iglesia les enviaban comida a los creyentes, los aldeanos se interpusieron impidiéndoles consumirla, y golpearon a un creyente. El mismo permaneció inconsciente durante varias horas.
Dada la difícil situación, los creyentes decidieron retirarse por un tiempo. Para el mes de julio, sintieron que las cosas se habían calmado y que podían regresar a su iglesia. Pero los funcionarios una vez más utilizaron a los aldeanos para lograr su propósito. Los aldeanos se sintieron alentados por sus palabras, cerraron las puertas de la iglesia y se negaron a permitir que los creyentes ingresaran a la misma.
En la actualidad, la iglesia permanece cerrada. El creyente que está a cargo de la misma afirmó que, si bien no quiere entrar en conflicto con los aldeanos, la Iglesia no cuenta con la ayuda de las autoridades. Los funcionarios siempre actúan a sus espaldas para sabotearlos y atacar sus creencias religiosas.