Un nuevo video exclusivo de Bitter Winter documenta la sombría realidad del campamento de transformación por medio de educación de Yingye’er destinado a musulmanes de etnia uigur: no se trata de un «centro de formación profesional» sino de una cárcel en todo el sentido de la palabra aunque se lo llame de otra manera.
Massimo Introvigne
El 13 de noviembre, uno de los reporteros de Bitter Winter publicó imágenes exclusivas de uno de los campamentos de transformación por medio de educación donde se encuentran detenidos un millón y medio de presos de conciencia en China, un millón de los cuales son musulmanes de etnia uigur. Esta vez, otro reportero, cuyo anonimato debe ser protegido, nos ha enviado imágenes de otro campamento de transformación por medio de educación emplazado en Sinkiang, con una estructura interna idéntica a la de una prisión.
Recientemente, frente a las constantes denuncias y condenas realizadas por parte de la comunidad internacional en lo relacionado a los campamentos de transformación por medio de educación emplazados en Sinkiang, las autoridades del Partido Comunista Chino (PCCh) en lugar de negar la existencia de los campamentos comenzaron a afirmar que los mismos son “centros de capacitación vocacional”. Nuestro material gráfico prueba que los campamentos son cárceles en toda la extensión de la palabra, donde los internos están sujetos a severos adoctrinamientos. También existen informes confiables que afirman que algunos de los detenidos son torturados y mueren dentro de ellos.
El nuevo video, tal como el que fue publicado el 12 de noviembre, proviene del área de Yining, en Sinkiang. Existe más de un campamento en Yining. En el mes de agosto, nuestro reportero ingresó al campamento de transformación por medio de educación emplazado en el municipio de Yingy’er y fotografió sus instalaciones interiores.
Dentro del campamento de transformación por medio de educación, un complejo de edificios de color naranja alineados de lado a lado alberga dormitorios para los «estudiantes» que viven en el mismo. Tras una inspección más detallada de la parte exterior de los edificios que forman parte del complejo, se puede ver que cada edificio tiene 4 pisos. Las ventanas de cada piso están equipadas con barandas de protección, así como también con una capa adicional de malla de protección. Las áreas de salida de cada edificio están equipadas con 3 cámaras de vigilancia cada una, las cuales monitorean exhaustivamente las áreas situadas a la izquierda, a la derecha y al centro. En los muros externos del edificio está escrito un lema que dice: «Agradecemos sinceramente el cordial cuidado recibido por parte del comité central del Partido, con el camarada Xi Jinping ocupando la máxima jerarquía del mismo».
Las construcciones interiores de los edificios se asemejan a las celdas de una prisión o de un centro de detención. Cada habitación tiene puertas dobles de hierro y la puerta de hierro exterior también está equipada con una baranda de protección y una cerradura con contraseña. Cada «dormitorio» tiene su propio baño y está equipado con una cámara de vigilancia. Según un infiltrado, en cada dormitorio pueden vivir hasta 15 personas. La inspección también reveló que cada piso está compuesto por 28 dormitorios y 3 aulas. En las paredes exteriores de las aulas hay escritos varios eslóganes, tales como: “Hazte el hábito de estudiar mandarín” (destinado a los uigures, que normalmente no hablan mandarín, sino únicamente su propio idioma uigur) y “Seguimos la orientación del pensamiento de Xi Jinping relacionada con un socialismo con características chinas para una nueva era, y nos esforzamos incansablemente para poder hacer realidad el sueño de China de un gran rejuvenecimiento de la nación china». En las aulas, barandas y mallas de separación separan los atriles de los profesores de los escritorios de los estudiantes.
Además, esta planta del edificio también contiene una sala de vigilancia independiente. Desde el monitor de pantalla gigante, se puede ver que existen cámaras de vigilancia de 360 grados instaladas en todos los rincones del edificio —entre los que se incluyen no solo las aulas, los dormitorios y los pasillos, sino también los baños. Cada movimiento realizado por los detenidos es monitoreado durante las 24 horas del día. Los mismos se encuentran totalmente privados de libertad y privacidad.
Cada edificio se encuentra rigurosamente vigilado. Además de las cámaras de vigilancia instaladas en cada esquina, la entrada al edificio ha sido equipada con una puerta de hierro. En los pasillos, las ventanas de cada habitación también han sido selladas con barras de hierro macizo y con mallas de alambre. Incluso las ventanas de la habitación que podría ser utilizada como la cafetería de los «estudiantes» no son una excepción. Es prácticamente imposible que los internos escapen.
Nuestro reportero también notó que hay varias áreas rodeadas por cercas de alambre en baldíos frente a ciertos edificios, junto a los cuales se acumulan de forma apilada grandes cantidades de mallas de alambre que aún no han sido utilizadas. En uno de los lados de la cerca están escritas las palabras «refugio de emergencia». De acuerdo a un infiltrado en el sistema de seguridad pública, este «refugio de emergencia» probablemente sea una zona exterior para que los detenidos puedan caminar. Un área para caminar al aire libre es un lugar situado en el patio de una prisión, donde dicha prisión le permite a sus internos realizar un poco de ejercicio a determinadas horas del día.
El campamento de transformación por medio de educación de Yingye’er ha sido promocionado como una escuela de formación profesional —a pesar de que no hay diferencia entre sus construcciones internas y las de una prisión.
En agosto de este año, cuando nuestro reportero recopilan estas imágenes, el campamento de transformación por medio de educación de Yingye’er aún estaba en construcción, pero en el mes de septiembre, un empleado le reveló a nuestro reportero que varios miles de personas ya se hallaban detenidas en el lugar. Cuando el reportero continuó preguntando qué tipo de personas se encontraban detenidas allí, el empleado se dio cuenta de que algo andaba mal y respondió: “Eso es un secreto, no le puedo decir nada».
Pero actualmente la verdad está emergiendo. Los videos de Bitter Winter, que nuestros reporteros filman exponiéndose a grandes riesgos, demuestran que los campamentos de transformación por medio de educación son cárceles y no centros vocacionales o escuelas.