El PCCh aplica mano de hierro en universidades chinas en un intento por transformarlas en «más patrióticas». Profesores y miembros del personal son expulsados ante la menor sospecha sobre su fe.
por Lin Yijiang
El control del Partido Comunista Chino sobre los intelectuales se ha convertido nuevamente en un tema candente desde que el Gobierno puso en marcha este verano su campaña tendiente a «mejorar el patriotismo». Desde entonces, el adoctrinamiento de docentes y académicos universitarios ha aumentado y el trabajo de estos es examinado y controlado por las autoridades para asegurar un pleno apoyo hacia el partido. Debido a que cualquier vinculación con alguna religión es considerada «antipatriótica», si se descubre que un profesor universitario cree en algo más que en el Partido Comunista, el individuo en cuestión es despedido.
Un profesor (quien deseó permanecer en el anonimato) de la prestigiosa Universidad de Xiamen, emplazada en la provincia suroriental de Fujian, le dijo a Bitter Winter que una profesora asociada de la facultad fue recientemente expulsada del PCCh por ser cristiana. La trabajadora también fue despedida de su puesto como directora de departamento, a pesar de que había sido elegida por unanimidad.
El profesor también reveló que el Gobierno central ha estado enviando equipos de inspección a la universidad para investigar su Comité del Partido. Durante la última visita llevada a cabo a principios de este año, los mismos estaban particularmente interesados en las creencias religiosas de los empleados.
Otro miembro facultativo de la universidad afirmó: “El Gobierno siempre ha vigilado de cerca las universidades porque las autoridades creen que los intelectuales pueden convertirse en la estructura principal de la Iglesia en el futuro. Trabajar en una universidad siendo una persona de fe se transforma en algo insoportable”.
Según afirmó el profesor, amenazados por el Gobierno e intentando mantener su fe, los profesores universitarios religiosos frecuentemente enfrentan un dilema. Él dio un ejemplo al respecto. La Universidad de Xiamen requiere que todos los miembros del Partido tomen clases de política dos veces al mes. Se espera que los que no son miembros también asistan a una clase por mes. A continuación, los asistentes deben escribir lo que han aprendido. «Debido a ello, los creyentes se enfrentan a una elección: ¿deberían escribir informes que se desvíen completamente de sus creencias religiosas o no?»
Las medidas de depuración implementadas contra los profesores universitarios religiosos no son exclusivas de Xiamen. En una universidad de Pekín, una profesora también fue amenazada con ser despedida de su trabajo a causa de sus creencias religiosas. Se le dijo que no podría obtener un hukou, o certificado de registro de vivienda, en el área de Pekín-Tianjin si no presentaba una declaración por escrito en la que afirmaba que su familia era atea.
El personal no docente en las universidades tampoco está exento de dicho accionar. Una experta en logística de una universidad emplazada en la ciudad de Daqing, en Heilongjiang, la provincia situada más al norte de China, fue despedida de su trabajo luego de que se descubriera que hablaba sobre religión con algunos estudiantes. La misma había trabajado en la universidad durante 11 años, y tenía buen trato tanto con la administración de la facultad como con los estudiantes. Una señora perteneciente al personal de limpieza de la misma universidad también fue expulsada por ser cristiana.