Desde el lanzamiento de un programa de supervisión a nivel nacional tendiente a inspeccionar la implementación de las políticas de Xi Jinping sobre religión en las provincias y municipalidades chinas, los creyentes de todo el país enfrentan una represión aún más intensa sobre sus libertades religiosas.
Según lo informado por Bitter Winter, el Departamento de Trabajo del Frente Unido (UFWD) lanzó en el mes de septiembre un programa de supervisión a nivel nacional para verificar la implementación de las políticas del Gobierno central sobre religión en las provincias y municipios de China. Desde finales del mes de octubre, se están enviando equipos especiales para llevar a cabo inspecciones en varias localidades del país.
Creyentes procedentes de varias provincias informan que, debido a estas visitas, se ha intensificado la persecución de Iglesias y de personas de fe.
Por ejemplo, se eliminaron dos cruces de una iglesia de las Tres Autonomías emplazada en la ciudad de Chizhóu, en la provincia oriental de Anhui. Funcionarios del Gobierno local le informaron a la Iglesia que, el 25 de octubre, un equipo de inspectores procedente de Pekín llegaría a la zona del Monte Jiuhua donde se encuentra situada la iglesia y que las cruces eran demasiado visibles, razón por la cual debían ser eliminadas.
En el mes de noviembre, en la víspera de la visita del equipo de inspección, funcionarios del UFWD de la ciudad de Shuangyashan, en Heilongjiang, la provincia situada más al norte de China, exigieron que una Iglesia de las Tres Autonomías aprobada por el Gobierno colocara fuera de la entrada de su edificio una pancarta de cinco metros con un discurso de Xi Jinping.
Los funcionarios también le ordenaron al secretario local de la aldea que visitara la iglesia todos los días para asegurarse de que la orden hubiera sido implementada. También le exigieron fotografiar a los miembros de la congregación y la pancarta colocada en la iglesia, y enviar las fotos a sus superiores.
La persona a cargo de la Iglesia les contó a los feligreses sobre la inspección anticipada, y les dijo que los funcionarios del Gobierno central podrían presentarse de forma inesperada. Por lo tanto, les aconsejó a los creyentes ocultar cualquier libro religioso publicado por editores no oficiales para evitar ser castigados.
El 26 de octubre, el líder de un templo budista que estaba siendo reconstruido en la ciudad de Jinzhou, en la provincia nororiental de Liaoning, recibió una llamada telefónica de un funcionario local, en la que le avisaba que un «grupo de visita secreto» compuesto por 37 miembros del Gobierno central se estaba dirigiendo a la ciudad para realizar inspecciones. El funcionario le ordenó al líder del templo que lo demoliera en el plazo de un día. Si no lo hacía, las autoridades lo destruirán, amenazó el oficial. El líder del templo se vio obligado a obedecer la orden.
El Gobierno del condado de Tongguan, de la ciudad de Weinán, en la provincia de Shaanxi, en el noroeste de China, emitió una notificación en la cual les ordenaba a los cuadros del partido de cada aldea la demolición de todos los templos que se encontraran bajo su jurisdicción. A los que se negaron a cumplir la orden se les exigió que presentaran sus cartas de renuncia.
Información de Jiang Tao