Según algunos medios internacionales, se están trasladando uigures a otras provincias de China y se están manteniendo detenidos allí. Bitter Winter ha descubierto más detalles sobre el traslado de estas personas y los datos son cuando menos preocupantes.
Según fuentes del Partido Comunista Chino (PCCh), se les han asignado cuotas de detenidos a las provincias de Shaanxi, Mongolia Interior, Gansu, Heilongjiang y algunas otras. Actualmente, según nuestras fuentes, a la provincia de Shaanxi, en el centro de China, se le asignó una cuota de cerca de 25 000 personas. Se estima que 500 000 musulmanes de etnia uigur serán dispersados y detenidos en toda China.
Todo parece indicar que con los esfuerzos que se hacen para dispersar a los uigures en todo el país se pretende ocultar el número de personas detenidas. Un informante de una oficina de seguridad pública de la provincia nororiental de Heilongjiang le dijo a nuestro reportero: “Los campos de reeducación en Sinkiang ya han captado la atención internacional. Autoridades de alto rango ordenaron que estos detenidos fueran trasladados a otra parte. De esa manera, cuando las organizaciones internacionales investiguen, ya no habrá nadie en los campos de reeducación”.
Otras fuentes han informado que los funcionarios están tomando medidas extremas para encubrir su movimiento de prisioneros. Como ejemplo, en septiembre, un cuerpo de policía armado de fuera de Sinkiang llegó con grandes autobuses para trasladar a miles de musulmanes fuera de la prefectura de Kasgar, en Sinkiang. Para evitar que se filtrara la noticia, todos los oficiales que participaron en el proceso de escolta se vieron obligados a firmar acuerdos de confidencialidad y se les advirtió que toda persona que divulgara información sería condenada a tres años de prisión.
Los autobuses utilizados en la operación tenían rótulos engañosos pintados en el exterior y también se utilizaron matrículas de vehículos policiales de otras jurisdicciones. Se ocultaron las partes de los vehículos que pudiesen indicar su lugar de origen. Se retiraron los números de identificación de los policías y las insignias de los uniformes de los agentes. Durante el traslado a sus nuevos centros de detención, los uigures llevaron las cabezas cubiertas con capuchas negras y las cortinas cubrían todas las ventanas del vehículo para que ningún prisionero pudiera ver el exterior. Los agentes de policía utilizaron gestos con las manos para comunicarse entre sí con el fin de evitar que sus acentos revelaran su origen. Durante el traslado, las carreteras estuvieron vigiladas por la policía armada y algunas carreteras y vías férreas se cerraron por completo.
Un guardia de la prisión, que pidió permanecer en el anonimato, informó que todos los presos llegaron a sus nuevos destinos por la noche, para que se les dificultara saber dónde estaban. Antes de llegar, el letrero de la prisión fue retirado. También se eliminaron todas las señales dentro de la prisión que se refiriesen a nombres de lugares. Es probable que los detenidos uigures no tengan idea de dónde están recluidos y sus familiares se enfrentan a un desafío aún mayor para descubrir los lugares a los que han sido trasladados sus seres queridos.
Nuestras fuentes informan que el Gobierno está extremadamente preocupado por la situación. Se dice que las reuniones sobre el movimiento de los uigures son altamente confidenciales y los registros de las reuniones se cifran cuando se guardan.
Las fuentes temen que la información disponible hasta el momento sea solo la punta del iceberg. Afirman que algunos uigures mueren durante los traslados. Según un informante de la Región Autónoma de Mongolia Interior, ubicada al norte de China, un prisionero fue golpeado hasta morir por la policía durante su traslado. La fuente teme que el cuerpo de la víctima ya haya sido cremado. Esta noticia se ha manejado de forma estrictamente confidencial y es difícil obtener más detalles.
Los guardias de la prisión que hablaron con Bitter Winter con la condición de permanecer en el anonimato indicaron que la mayoría de los prisioneros trasladados son hombres que cumplen condenas de entre 10 y 20 años. El prisionero de edad más avanzada pasa de los setenta años. Algunos de ellos fueron acusados de cometer “traición” o “delitos contra la seguridad nacional” y recibieron penas de prisión. Sin embargo, según los registros oficiales, algunos fueron encarcelados simplemente por discutir con funcionarios locales o porque fueron descubiertos rezando hace varias décadas.
Para muchos, el “verdadero delito” que han cometido los prisioneros es tener una creencia religiosa. Una fuente le comentó lo siguiente a Bitter Winter: “Los musulmanes no aceptarán que el Partido Comunista les diga qué comer, beber o cómo divertirse. Los musulmanes creen firmemente que todo lo que la gente tiene es un regalo de Alá. Están detenidos solo porque tienen esta creencia. Ese es su mayor ‘delito’”.
Bitter Winter seguirá ofreciendo más detalles sobre la difícil situación de los uigures a medida que estén disponibles.
Información de Gu Qi & Li Zaili