Al menos 45 colaboradores se encuentran detenidos e interrogados luego de ser acusados de espionaje y subversión, el periodista que filmó un campamento secreto en Sinkiang «desapareció» luego de ser arrestado.
por Lin Yijiang
En agosto de 2018, las autoridades del Partido Comunista Chino (PCCh) designaron a Bitter Winter como un «sitio web extranjero hostil» por publicar documentos secretos y reportajes periodísticos relacionados con la supresión de creencias religiosas y las violaciones de derechos humanos llevadas a cabo por el PCCh. Las autoridades han tomado represalias efectuando repetidos intentos de hackear el sitio web, e intimidando a reporteros y colaboradores.
Desde el mes de agosto, al menos 45 colaboradores de Bitter Winter en China Continental han sido arrestados por filmar incidentes, o recopilar noticias sobre la persecución llevado a cabo por el PCCh contra la libertad religiosa y las violaciones de los derechos humanos. Los reporteros generalmente son detenidos e interrogados bajo el cargo de «divulgar secretos de estado» o «involucrarse en la infiltración de fuerzas extranjeras». Algunos de ellos han sido enviados a «centros de educación legal» para ser sometidos a adoctrinamiento obligatorio, mientras que otros han sido torturados y maltratados.
El PCCh ha intensificado sus ataques contra la libertad de prensa y contra los que graban violaciones de derechos humanos en China. En el mes de diciembre, Reporteros sin Fronteras, una organización internacional sin fines de lucro con sede en París, Francia, emitió un informe, mencionando a China como el país con la mayor cantidad de periodistas encarcelados. Al menos 60 periodistas profesionales y ciudadanos han sido detenidos arbitrariamente (el estricto control de la información realizado por las autoridades chinas dificulta el hecho de documentar el caso de cada periodista desaparecido, por lo cual la cifra podría ser más alta).
Esta represión llevada a cabo contra los reporteros ha golpeado duro a Bitter Winter. A mediados de octubre, dos colaboradores fueron arrestados en la provincia costera suroriental de Fujian. Los mismos aún permanecen detenidos. Las autoridades los designaron como «personas de primer nivel», las cuales deben ser sometidas a un mayor control, y a las que no se les permite recibir visitas de familiares. Según infiltrados, ambos colaboradores han sido torturados por la policía.
Otro colaborador, procedente de Sinkiang, realizó un informe de investigación sumamente innovador sobre «campamentos de transformación por medio de educación», donde incluso mostró la construcción interna de los mismos. Dicho colaborador fue arrestado a fines de septiembre. Su paradero sigue siendo desconocido hasta el día de hoy.
Algunos colaboradores que han sido liberados pudieron brindar información relacionada con sus interrogatorios. Según uno de ellos, le dijeron: «Estás en China, por lo que debes respetar las leyes chinas. Si el estado considera que has violado la ley, entonces has violado la ley. Si el Partido quisiera molestarte, sería como si estuviera aplastando a una hormiga». Al reportero también le dijeron: «Recopilar este tipo de materiales e informar sobre estos incidentes es una subversión contra el poder estatal, por lo cual es considerado espionaje”.
Otro colaborador comentó: “Cubrir las noticias es muy peligroso, pero debemos mostrarle al mundo la realidad de la persecución de las creencias religiosas llevada a cabo por el PCCh, así como también sus violaciones de los derechos humanos. Los mismos deben ser condenados y detenidos. Haré todo lo posible por persistir y continuar denunciando”.