Las autoridades en China escanean los teléfonos móviles a voluntad, e incluso el comentario más benévolo, realizado años atrás, puede acarrear consecuencias para toda la vida.
por Li Zaili
Tal y como Bitter Winter ha estado informando, el Partido Comunista Chino (PCCh) controla estrechamente lo que se publica en Internet dentro de China, evitando que los ciudadanos expresen sus pensamientos y opiniones. En cada provincia y ciudad, uno puede encontrar a alguien que haya publicado un contenido disidente o «sensible» y haya sido acosado o arrestado por las autoridades. En los últimos años, el control sobre lo que se dice o publica ha sido especialmente severo en la región de Sinkiang.
Según nuestra fuente, la policía tiene el derecho de verificar los teléfonos móviles y las tarjetas de identificación de los comerciantes y transeúntes a voluntad.
A mediados de septiembre de este año, una mujer de etnia hui que operaba una tienda en la ciudad de Urumqi, en Sinkiang, fue arrestada. La policía había utilizado un escáner de alta tecnología para revisar su teléfono móvil y descubrió que este contenía material perteneciente a una conversación que había mantenido en un grupo de WeChat —una aplicación de mensajería y redes sociales chinas— cuando estaba estudiando el Corán cuatro años atrás.
La policía mantuvo detenida a la mujer durante diez días, en los cuales se vio obligada a estudiar diariamente las políticas y leyes nacionales. No fue liberada sino hasta finales de septiembre. Nuestra fuente comentó: “La gente común está privada de la más mínima pizca de integridad o dignidad. En la actualidad, no nos atrevemos a decir ni a mencionar nada de lo que estamos pensando».
En Sinkiang, el estricto control impuesto por las autoridades sobre la información también se ha extendido a las escuelas. Algunos estudiantes han sido expulsados de su escuela como consecuencia de ello.
A principios de este año, a cuatro estudiantes, pertenecientes a una minoría étnica, de una escuela de educación secundaria técnica emplazada en la ciudad de Shihezi, la propia escuela les revisó sus teléfonos móviles. Se descubrió que en los mismos había contenido «sensible» relacionado con la unidad del grupo étnico, el cual había sido reenviado a través de sus teléfonos. Dichos estudiantes fueron inmediatamente expulsados.
Posteriormente, durante una reunión llevada a cabo con los demás estudiantes, el director de la escuela les dijo: «No se deben utilizar los teléfonos móviles para enviar información sensible. Por ejemplo, temas relacionados con la fe, temas políticamente sensibles y comentarios contra la unidad étnica están prohibidos. Si reciben ese tipo de información confidencial, no deben poner ‘me gusta’, y mucho menos abrirla y mirarla o comentarla de manera informal. Si son descubiertos haciéndolo, serán inmediatamente expulsados de la escuela».
El padre de un estudiante afirmó sumamente angustiado: «A estos niños menores de edad no se les permite asistir a la escuela solo porque hicieron clic y ‘me gusta’ en algo utilizando sus teléfonos móviles. Eso arruinará sus perspectivas futuras”.
Anteriormente, Bitter Winter había informado que el PCCh con frecuencia reprime y arresta a las personas que han publicado comentarios disidentes o información religiosa en línea.
La Sra. Li, quien vive en Korla, la segunda ciudad más grande de Sinkiang, padeció una experiencia similar. En el mes de mayo, utilizó su teléfono móvil para publicar un comentario que decía: «La doctrina del pueblo hui dice que no se puede comer cerdo». Como consecuencia de ello, la policía local la arrestó y la obligó a asistir a una clase de «estudios políticos» de seis días de duración.
La difícil situación que enfrentan los cristianos es tan crítica como la que enfrentan los musulmanes en Sinkiang. En el mes de septiembre, la maestra de una escuela dominical de la ciudad de Linyi, en la provincia costera oriental de Shandong, fue vigilada y rastreada por las autoridades por haber publicado capítulos de la Biblia en línea. Posteriormente, funcionarios locales la detuvieron y la llevaron hasta la estación de policía local para interrogarla.
«La publicación en línea de extractos de la Biblia causa un gran impacto», le dijo la policía. “Desde el Gobierno provincial hasta los Gobiernos municipales, cada nivel ejerce presión sobre el siguiente. Debemos investigarla”. La policía también le prohibió a la maestra dirigir la escuela dominical.
El rango de medidas ofensivas contra la religión abarca desde el acoso ejercido contra la maestra de una pequeña escuela dominical hasta el hostigamiento implementado contra los líderes religiosos más famosos del país. Tal y como informó el New York Times, Wang Yi, un prominente pastor cristiano y jefe de la Iglesia independiente de Alianza de la Lluvia Temprana emplazada en la ciudad suroccidental de Chengdu, fue arrestado el 9 de diciembre, acusado de «incitar a la subversión del poder estatal» por publicar en línea comentarios en los que criticaba al Gobierno. Él y su esposa enfrentan una condena de prisión de 15 años.