Las autoridades de Sinkiang están obligando a los hombres musulmanes a deshacerse de los atributos tradicionales, o de lo contrario, serán confinados en campamentos de «transformación por medio de educación».
por Li Zaili
Desde que entraron en vigor las Regulaciones de Desradicalización en la Región Autónoma Uigur de Sinkiang, las autoridades han estado tomando medidas enérgicas contra cualquier “expresión y comportamiento que esté influenciado por el extremismo”. Adoptadas el 29 de marzo de 2017 en la 28.a reunión del Comité Permanente del Duodécimo Congreso Popular de la región, las regulaciones fueron modificadas el 9 de octubre de 2018, y ahora permiten imponerles un castigo aún más severo a los que lleven a cabo «actividades extremistas».
Según las regulaciones, la «difusión del fanatismo religioso a través de barbas irregulares» está estrictamente prohibida y las autoridades de Sinkiang están implementando la prohibición al obligar a los hombres musulmanes a afeitarse la barba o ser detenidos en campamentos de «transformación por medio de educación». Bitter Winter recibió múltiples informes sobre la persecución de hombres de etnia uigur y hui debido a esta prohibición.
En julio de 2018, cuatro policías ingresaron al hogar de Hashim, de 82 años, sin ninguna razón aparente para «investigar una situación», según afirmaron. Los oficiales no se quedaron mucho tiempo, pero se dieron cuenta de la barba de Hashim. Unos días más tarde, el mismo fue convocado al centro comunitario local, pero nunca regresó a su hogar. Resultó que había sido detenido en un «campamento de transformación por medio de educación». Un tiempo después, la familia se enteró de que el motivo de la detención había sido su barba.
Según un familiar, Hashim está muy mal de salud y tuvo que someterse a un tratamiento de emergencia en el campamento luego de sufrir una recurrencia de infarto cerebral. “Estamos preocupados por su bienestar; es tan anciano y frágil», afirmó el mismo.
El familiar recuerda el momento en que la familia fue a visitar a Hashim al campamento. El anciano lloraba incesantemente y era incapaz de pronunciar una palabra. Su hija no sabía cómo consolar a su padre, por lo que solo se miraron, incapaces de hablar. Los guardias del campamento están presentes durante cada visita, escuchando las conversaciones, razón por la cual los familiares apenas pronuncian algunas palabras.
La esposa de Hashim padece múltiples dolencias y no ha podido cuidar de sí misma luego de la detención de Hashim. Preocuparse por su esposo hace que su salud se deteriore aún más. «Todos los días, espero que mi esposo vuelva pronto a casa», dijo con una mirada triste en su rostro.
Ma Xuemin, un hombre de etnia hui, estaba leyendo el Corán con su hijo cuando la policía irrumpió en su hogar. Los oficiales confiscaron los libros religiosos de la familia y detuvieron al hijo de Ma Xuemin en el campamento de transformación por medio de educación del condado.
Al día siguiente, los agentes de policía regresaron y afeitaron la barba de Ma Xuemin por la fuerza. Posteriormente, lo llevaron a un restaurante de etnia han donde se vio obligado a comer platos de la cocina tradicional china. Para un musulmán devoto, esta experiencia es sumamente difícil de asimilar, por lo que Ma Xuemin se enfermó y tuvo que ser hospitalizado dos días después.
Para humillar aún más a la familia, el hijo de Ma Xuemin fue escoltado desde el «campamento de transformación por medio de educación» hasta un sitio determinado para que participara en una ceremonia de izamiento de la bandera que se estaba llevando a cabo en la aldea, donde se vio obligado a leer en voz alta un texto en el que expresaba su lealtad al Partido Comunista, decir blasfemias contra Alá y renunciar públicamente a su fe.
A principios de julio, el Gobierno del condado de Manás, en la prefectura de Changji de Sinkiang, emitió una notificación oficial dirigida a sus residentes musulmanes, solicitándoles que se afeitaran la barba dentro de los dos días posteriores a la recepción de la orden. Los que se negaron fueron amenazados con ser encarcelados en campamentos de transformación por medio de educación.
Bai Jianmin (seudónimo), un residente musulmán del condado de Manás, de unos setenta años, hizo lo que se le ordenó y se afeitó la barba, la cual había mantenido durante décadas. Poco después, su hijo y su nuera fueron detenidos y encarcelados en un campamento de transformación por medio de educación a causa de su fe. Según su hija, Bai no ha sido el mismo desde entonces, se sintió deprimido, apenas comió y pasó todo el tiempo recostado en la cama durante días luego del arresto de su hijo.
(Todos los nombres son pseudónimos).