El esfuerzo llevado a cabo por Pekín para vigilar a grupos religiosos y a otros ciudadanos, y así impedir el desarrollo de «inestabilidad y desunión» alcanza niveles absurdos. ¿Quién te está observando ahora?
El Gobierno chino ha alistado a organizaciones comunitarias, administradores de la red, personal comunitario, empresas administradoras de propiedades, e incluso a trabajadores sanitarios para que actúen como «asistentes de confianza» en su lucha por combatir las creencias religiosas. En la actualidad, los creyentes deben cuidar cada uno de sus movimientos, ya que su vecino puede estar espiándolos.
La iniciativa forma parte de la reciente promoción llevada a cabo por Pekín de la «Experiencia Fengqiao«, mediante la cual se moviliza a toda la población para luchar contra los «enemigos» del Gobierno.
La Experiencia Fengqiao es un método de la era de Mao creado para utilizar a grupos masivos de ciudadanos para que monitoreen y reformen a los que son considerados «enemigos de clase». El método funciona según el principio que afirma que «Diez personas trabajan en forma conjunta para reformar a una persona y, de esta manera, los conflictos no llegan a las autoridades superiores, logrando que la sociedad se reforme desde adentro”. En términos coloquiales, esto significa movilizar a las masas contra las masas.
Durante los últimos años, el Gobierno ha promovido vigorosamente la Experiencia Fengqiao para mantener el orden social. Declarados como «elementos inestables», los grupos religiosos se han convertido en el objetivo principal de la vigilancia llevada a cabo por organizaciones comunitarias de base.
Los administradores de la red recolectan información sobre los residentes y llevan registros de ellos
El 8 de octubre de 2018, un secretario comunitario de la ciudad de Daqing, en la provincia nororiental de Heilongjiang, convocó a todos los administradores de la red en su jurisdicción para celebrar una reunión. Él le informó al grupo que todos los residentes que desde enero de 2018 no hayan sido investigados y registrados, deberán ser investigados y registrados en la actualidad. Los administradores de la red serán los responsables de asegurar la inclusión de todos los ciudadanos en dicha investigación. El secretario de la comunidad les indicó que cada vez que visiten un hogar deben mirar a su alrededor para observar si existe alguna anomalía en el mismo. También deben, de manera conversacional, recopilar información sobre todos los miembros de la familia, dónde trabaja cada uno de ellos y si alguno tiene creencias religiosas. Si descubren a alguna persona de apariencia sospechosa o ajena a la familia, deberán investigar de dónde proviene y si se quedará durante un extenso período de tiempo. Los administradores de la red deberán patrullar diariamente el área edificada e ir de hogar en hogar realizando entrevistas.
El secretario de la comunidad también les exigió a los administradores de la red que creen un diario en el cual detallen el contenido de las conversaciones llevadas a cabo con los ciudadanos y que les envíen dicho diario a sus superiores. Los mismos deberán registrar la cantidad de familias que visitan cada día, cuál es la situación de cada una de ellas y el contenido de las conversaciones. Se deberá llevar un registro por escrito de todos estos detalles por cada hogar investigado. También deberán dejar registrado si descubren alguna situación anormal.
Luego de la reunión con los administradores de la red, la policía local se unió al grupo de administradores en WeChat, una popular aplicación de mensajería y redes sociales, y les dijo: «Cuando investiguen y registren la información de los residentes, póngase en contacto con la policía de manera inmediata si alguno de ellos no desea cooperar».
Tras la implementación de estas nuevas directivas dirigidas a los administradores de la red, varios sitios de reunión pertenecientes a Iglesias domésticas emplazados en la comunidad se vieron obligados a dejar de celebrar reuniones.
Un administrador de la red, quien pidió permanecer en el anonimato, le dijo a Bitter Winter que recientemente, las investigaciones relacionadas con creencias religiosas han sido notablemente más estrictas que antes. En el pasado, la policía distrital se reunía con los administradores de la red comunitaria una vez por semana. En la actualidad, el secretario de la comunidad celebra cuatro o cinco reuniones por semana con las personas a cargo de la administración de la red.
Las empresas administradoras de propiedades cooperan con el Gobierno al vigilar y clausurar sitios de reunión
El Gobierno no limita sus esfuerzos de vigilancia comunitaria a los administradores oficiales de redes. También se espera que tanto la comunidad empresarial como otros proveedores de servicios se transformen en los ojos y los oídos del Gobierno. El Sr. Zhao, empleado de una empresa administradora de propiedades en la provincia noroccidental de Shaanxi, le contó a Bitter Winter su experiencia actuando como espía para las autoridades gubernamentales.
Zhao afirma que en casi todas las reuniones con las autoridades se enfatiza la lucha contra las creencias religiosas. Según el contenido de documentos oficiales, las empresas administradoras de propiedades tienen la responsabilidad de «salvaguardar la estabilidad y la unidad de la sociedad». Creer en Dios y organizar reuniones perturba el orden social y está relacionado con la política, por lo cual las personas que participan en reuniones son consideradas “elementos inestables». Por lo tanto, cada vez que alguien denuncie una situación, la empresa administradora de propiedades deberá enviar personal para clausurar el lugar de reunión y expulsar a los creyentes.
La empresa administradora de propiedades para la que trabaja el Sr. Zhao es responsable de administrar dos comunidades que cuentan con más de 60 edificios. En su oficina, hay tres personas cuya principal labor es cooperar con el Gobierno, clausurando iglesias domésticas y expulsando a los creyentes. Aproximadamente, cada año “deben ocuparse” de 40 reuniones llevadas a cabo por Iglesias domésticas.
“A veces, son denunciados por sus vecinos. A veces, son descubiertos por guardias de seguridad comunitarios en algún video de vigilancia. Cada vez que descubrimos personas celebrando una reunión, debemos enviar inmediatamente a miembros del personal para hacerse cargo de la situación», dijo el Sr. Zhao. Si se descubriera un lugar de reunión en el que hubiera mucha gente, debería ser reportado a las autoridades de mayor jerarquía.
«Sé que los que creen en Dios no son malas personas, pero si se reportara una reunión a la estación de policía, la empresa administradora de propiedades sería castigada».
El año pasado, el Sr. Zhao junto a líderes comunitarios clausuraron un lugar de reunión para cristianos de edad avanzada. Los líderes afirmaron que las reuniones conformadas por personas mayores creaban «disturbios sociales» porque «no estaban unidas [en torno al Partido]». El Partido Comunista teme el caos social y que las personas se opongan al Partido. Los mismos creen que las reuniones compuestas por varias personas seguramente «causarán problemas».
El Sr. Zhao piensa que tal retórica es absurda y dice: «¿Qué tipo de problemas van a crear un grupo de personas de setenta y ochenta años?». No obstante, para poder conservar su trabajo, cumplió las órdenes que le dieron sus superiores y clausuró el lugar de reunión.
El Sr. Zhao afirmó con impotencia: «Ahora, las órdenes nos llegan de nuestros superiores, por lo cual no nos queda más remedio que cumplirlas. El Gobierno ha vinculado los rangos de los funcionarios con la cuestión de las creencias religiosas. Por ejemplo, si en una ciudad a nivel prefectura hay 100 000 personas que creen en Dios, el alcalde será despedido, si en un condado hay 10 000 personas que creen en Dios, el jefe del condado será despedido. La misma es una orden verbal emitida por el Gobierno. En el pasado, los mismos emitían documentos oficiales con encabezados rojos. Ahora, para evitar la filtración de dichos documentos, emiten órdenes verbales. Tan pronto como un subordinado recibe una orden verbal de un superior, debe cumplirla. Debido a que existe una cuota fija, tan pronto como alguien denuncie una reunión, debemos apresurarnos a llegar a la escena donde se esté llevando a cabo la misma. Actualmente, cada funcionario gubernamental debe proteger su propio trabajo».
Trabajadores de saneamiento vigilan a las personas de fe
Los trabajadores de saneamiento de la comunidad también se han unido al «ejército» encargado de vigilar a los creyentes religiosos.
Un trabajador de saneamiento perteneciente a la ciudad de Tangshan, en la provincia norteña de Hebei, afirmó que la estación de policía local les exige que lleven un intercomunicador portátil mientras están trabajando, que estén atentos a todas las áreas edificadas y a las casas, y que vigilen y denuncien a las personas que crean en Dios. Esta nueva práctica se encuentra vigente desde abril de 2018.
La policía especifica que se deberá vigilar a cualquier persona que no sea miembro de la comunidad. Todo forastero es considerado sospechoso. Si en una casa entraran o salieran muchos desconocidos, dicha situación deberá ser denunciada a la empresa administradora de propiedades o a la estación de policía local.
Mientras tanto, un equipo de saneamiento de un barrio residencial de la ciudad de Zhengzhou, en la provincia central de Henán, recibió una notificación gubernamental en la cual les exigían eliminar todas las oraciones religiosas o poemas publicados en las puertas de las casas (los chinos tradicionalmente publican dísticos para diferentes acontecimientos). Si durante la inspección que se lleva a cabo cada fin de mes se descubren tales oraciones, los responsables recibirán una multa de 100 yuanes por dístico. Si el equipo de saneamiento descubre personas celebrando reuniones, también deberán reportarlo de manera inmediata a las autoridades.
Cuatro oficiales de una estación de policía de la ciudad de Daqing, en el noreste la provincia de Heilongjiang, visitaron un equipo local de saneamiento y convocaron a más de 70 trabajadores para recabar información sobre creyentes cristianos. La policía les dijo a los trabajadores que cualquiera que escuchara sobre una reunión religiosa debería tomar fotos o videos en secreto; aquellos que informaran con prontitud serían recompensados adecuadamente. Los policías entregaron sus tarjetas de presentación a cada trabajador de saneamiento, para que pudieran comunicarse con la policía en cualquier momento.
A principios de la década de 1960, Mao Zedong promovió la Experiencia Fengqiao en el contexto de una lucha de clases, movilizando a las masas contra las masas, lo que resultó en más de 1,72 millones de muertes de «enemigos de clase». En la actualidad, Xi Jinping está volviendo a implementar la Experiencia Fengqiao, explotando a las masas para que eliminen las creencias religiosas, haciendo que la vida de los cristianos en China se torne extremadamente difícil.
Información de Piao Junying