El cardenal Fernando Filoni, jefe de la congregación del Vaticano responsable de China, rechaza las falsas interpretaciones del acuerdo firmado entre el Vaticano y China.
Massimo Introvigne
Mucho se ha escrito sobre el acuerdo entre el Vaticano y China del año 2018. Bitter Winter ha documentado en repetidas ocasiones la forma en la que el Partido Comunista Chino (PCCh) interpretó el acuerdo, cuyo texto sigue siendo secreto, en el sentido de que los católicos pertenecientes a la Iglesia Católica Clandestina, quienes han sido perseguidos durante décadas a causa de su lealtad a Roma, deberían unirse a la Iglesia Católica Patriótica controlada por el Gobierno, o ser encarcelados si se negaran a hacerlo.
Esta situación difícilmente podría permanecer sin ser cuestionada por el Vaticano. La reacción se produjo el 3 de febrero a través de una entrevista concedida al periódico del Vaticano, L’Osservatore Romano, por el Cardenal Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos del Vaticano, comúnmente conocida por su nombre en latín, Propaganda Fide.
Este es el departamento del Vaticano responsable, entre otras cosas, de supervisar el catolicismo en China.
En la larga entrevista, el Cardenal insiste en que, en lo que respecta al acuerdo firmado en el año 2018, no existen ganadores ni perdedores entre los católicos clandestinos y patrióticos. Filoni incluso se atrevió a decir que «comparte algunas preocupaciones» expresadas por los críticos del acuerdo. El Cardenal afirmó: “Me percato de que hay quien puede pensar que, en esta etapa, la Sede apostólica parezca pedir un sacrificio unilateral, es decir, solamente a los miembros de la comunidad clandestina, los cuales debieran —por decirlo de alguna manera— ‘oficializarse’, en tanto a los ‘oficiales’ no se les estaría pidiendo nada. La cuestión no debe ser planteada en estos términos; en efecto, no se trata de una rendición de los ‘clandestinos’ a los ‘oficiales’ o a las autoridades civiles, a pesar de las apariencias; y tampoco de una victoria sobre la comunidad no-oficial”. Filoni agregó que lo que se espera que desaparezca es la condición de clandestinidad de la Iglesia Clandestina, no la Iglesia Clandestina en sí misma como un organismo compuesto por fieles católicos.
Quizás, en la extensa entrevista pase desapercibida la breve, pero clara declaración en la que afirma que, de hecho, rechaza enérgicamente la actual interpretación del acuerdo llevada a cabo por el PCCh: “Espero no tener que escuchar o leer acerca de situaciones locales en las cuales se instrumentaliza el Acuerdo a fin de constreñir a las personas a hacer aquello que la ley china no obliga a hacer, como inscribirse en la Asociación Patriótica”.
Desafortunadamente, el Cardenal puede leer con frecuencia este tipo de noticias en Bitter Winter, pero es muy importante que él, y por lo tanto el Vaticano, rechacen esta interpretación del acuerdo por considerarla abusiva.
Dado que Iglesia Patriótica sigue insistiendo en la «independencia» de los católicos chinos con respecto a cualquier institución extranjera, Filoni también enfatizó que “a la luz del Acuerdo que reconoce el rol peculiar del Papa, ahora debiera reinterpretarse el llamado ‘principio de independencia’ desde una perspectiva de relación entre la legítima autonomía pastoral de la Iglesia china y la imprescindible comunión con el Sucesor de Pedro”, es decir, el Papa Francisco.