Mientras el mundo condena el hecho de que en Rusia se sentencia a Testigos de Jehová a duras penas de cárcel por el único crimen de practicar su fe, China aplaude dicha persecución.
Massimo Introvigne
El 6 de febrero de 2019, un tribunal ruso condenó al ciudadano danés Dennis Christensen a seis años de cárcel por participar en actividades de los Testigos de Jehová, un grupo prohibido en Rusia. Luego de la condena de Christensen, la policía está implementando una nueva ola represiva en varias provincias rusas, arrestando a más Testigos de Jehová. En Rusia, los Testigos de Jehová fueron «liquidados» en el año 2017 bajo acusaciones de «extremismo». Las reacciones de organizaciones internacionales y países democráticos contra estas decisiones han sido unánimes, desde el Departamento de Estado de los Estados Unidos hasta la Unión Europea, la cual solicitó que «el Sr. Christensen sea liberado de forma inmediata e incondicional» y que los Testigos de Jehová “puedan disfrutar pacíficamente de la libertad de asamblea sin injerencias, tal y como lo garantiza la Constitución de la Federación Rusa, así como también los compromisos internacionales efectuados por Rusia y las normas internacionales de derechos humanos».
No obstante, Rusia puede contar con un aliado «inmediato e incondicional», China. El Partido Comunista Chino (PCCh) es consciente de que la noción de «movimientos religiosos extremistas» es sustancialmente la misma que la categoría de xie jiao en Rusia.
Tal y como señaló el académico procedente de Hong Kong, Edward Irons, en China, el «sitio web chino antisectas» es considerado como la voz del PCCh en lo que respecta a temas relacionados con cualquier grupo identificado como una «secta», y sus declaraciones gozan de un estatus semioficial. Mientras el mundo esperaba la sentencia de Christensen, este sitio web relacionado con el PCCh publicó un detallado artículo en apoyo de la posición rusa con respecto a los Testigos de Jehová. «Es razonable que los Testigos de Jehová sean estrictamente controlados o incluso completamente prohibidos» (“耶和华见证人”受到严厉控制甚至全面取缔乃属情理之中), afirmaba el artículo. El mismo mencionaba una lista interminable de acusaciones de naturaleza antisectaria contra los Testigos de Jehová.
Existe una diferencia entre la persecución rusa de «grupos extremistas» y la represión china llevada a cabo contra los xie jiao. Mientras el PCCh intenta protegerse a sí mismo contra cualquier posible amenaza proveniente de movimientos religiosos que considera hostiles al Partido, Rusia intenta proteger la posición monopolística de la Iglesia Ortodoxa Rusa, un aliado incondicional del régimen, contra cualquier competencia no deseada.
El sitio web chino antisectas no parece apreciar completamente esta diferencia. El sitio apoya la postura rusa que afirma que los testigos de Jehová deben ser prohibidos porque «amenazan a la religión rusa predominante: la reputación y el entorno vital de la Iglesia Ortodoxa» (而且威胁着俄罗斯主流宗教——东正教的声誉和生存环境) y porque están «erosionando los cimientos de la Iglesia Ortodoxa” (也在明显侵蚀着东正教的根基). El hecho de que la Iglesia Ortodoxa deba ser protegida de sus críticos es un comentario curioso en una publicación realizada por el PCCh, a pesar de que dentro del PCCh hay quienes argumentan de manera similar que el monopolio de la fe cristiana protestante de la Iglesia de las Tres Autonomías controlada por el PCCh debería ser igualmente protegido.
En China existe una presencia clandestina de Testigos de Jehová, con cifras difíciles de evaluar. Los mismos no están incluidos en la lista de xie jiao, pero sus actividades son consideradas ilegales y Bitter Winter ha informado sobre medidas enérgicas implementadas contra actividades misioneras de los Testigos de Jehová que llegan a China desde Corea.