Cumpliendo órdenes emanadas de las más altas jerarquías, los gobiernos locales están investigando a los trabajadores, amenazando con recortar pensiones, y restringiendo las redes sociales. Aquí podemos ver algunos ejemplos procedentes de Mongolia Interior.
Según un funcionario gubernamental perteneciente a un poblado de la ciudad de Chifeng de la Región Autónoma de Mongolia Interior, quien habló bajo condición de que su identidad no fuera revelada, el poblado lanzó una campaña secreta para erradicar las religiones en nombre de «aniquilar el crimen de pandillas y eliminar el mal» – siendo la misma una campaña puesta en marcha en enero de 2018 a nivel nacional para combatir el crimen organizado. Tal y como Bitter Winter había informado anteriormente, esta campaña ha sido ampliamente utilizada para acabar con las creencias religiosas en toda China.
El funcionario declaró que en noviembre y diciembre de 2018, el alcalde del poblado realizó varias reuniones para coordinar la campaña. El alcalde dijo que Xi Jinping había designado a personas que creen en Dios como objetivos para «aniquilar el crimen de pandillas y eliminar el mal», y que todas las denominaciones cristianas, excepto la Iglesia de las Tres Autonomías, estaban siendo clasificadas como organizaciones xie jiao. Se espera que el poblado continúe llevando a cabo estas operaciones «contra el crimen» hasta que se hayan suprimido todas las creencias religiosas en el área. La campaña no posee límites especificados, y continuará hasta que la tarea esté completada.
Luego de recibir esta información, Bitter Winter visitó el área para ver cómo se estaba implementando la campaña.
“Actualmente, el estado está tomando medidas enérgicas contra todas las religiones, y en la aldea se están llevando a cabo investigaciones para descubrir cuántos aldeanos creen en Dios”, le reveló a Bitter Witter el secretario de una aldea de la ciudad de Chifeng el 17 de diciembre de 2018. “Si las investigaciones descubren a creyentes religiosos, varios tipos de subsidios estatales y beneficios de asistencia social destinados a dichos aldeanos serán cancelados. La aldea también exigirá que a los creyentes se les imparta educación basada en el socialismo para que estudien el maoísmo, el marxismo-leninismo, etc”.
Según informes previos de Bitter Winter, amenazar con «cancelar los subsidios de subsistencia y las pensiones de vejez» para obligar a los cristianos a renunciar a su fe son técnicas comunes empleadas por el Partido Comunista Chino.
Un cristiano perteneciente a una iglesia doméstica emplazada en Chifeng le dijo a Bitter Winter que funcionarios pertenecientes a siete oficinas gubernamentales habían ido a hablar con el líder de su iglesia. Los funcionarios le exigieron que jurara lealtad a la Iglesia de las Tres Autonomías controlada por el estado. Incluso prometieron proporcionarle una oficina y pagarle un salario, pero él se negó. Como consecuencia de ello, en diciembre de 2018, la iglesia se vio obligada a dejar de celebrar reuniones y a dispersarse para congregarse de manera secreta en los hogares de los creyentes.
«El estado ha incrementado sus esfuerzos para aniquilar el crimen de pandillas y eliminar el mal, y se han establecido grupos contra el crimen de pandillas a nivel de aldea para regular el orden público», afirmó un funcionario de la aldea. «El que no apague sus luces a las 9 o 10 de la noche será visitado e interrogado, y si se descubre que extraños o que un grupo de personas se encuentran reunidos, los mismos serán denunciados a la policía y detenidos. En particular, cualquier persona que construya templos, iglesias o monasterios, o que celebre diferentes reuniones religiosas será detenido y recibirá una sentencia de tres a siete años de prisión. Esta es una segunda Revolución Cultural».
La ofensiva tendiente a descubrir y castigar a los creyentes es tan intensa que las autoridades han cancelado los descansos de fin de semana de los investigadores, los cuales se ven obligados a continuar trabajando los sábados y domingos.
«Nuestros superiores nos han ordenado que capturemos a personas que creen en Dios acusándolas de alterar el orden social», se quejó un funcionario. «Pero sin evidencia, ¿cómo vamos a arrestarlos?. Si el gobierno continúa impulsando esta agenda, habrá más y más personas que crean en Dios. Ya llevo semanas trabajando sin parar y no me han dado tiempo para descansar. No puedo cuidar de mis hijos, y en estas últimas semanas me he sentido agotado mental y físicamente».
Para colaborar con la campaña, las autoridades han intensificado la vigilancia de Internet a fin de descubrir personas que difundan material religioso. Y están movilizando lugares de trabajo para ejecutar la represión.
El 9 de diciembre de 2018, una persona religiosa recibió una alerta en el grupo de WeChat de su unidad de trabajo que decía: “A partir del 10 de diciembre, las nuevas regulaciones de comunicación de WeChat serán implementadas en línea y se conservarán registros de todas las comunicaciones telefónicas. WhatsApp, Twitter, Facebook y todas las demás redes sociales y foros serán sometidos a vigilancia, y escribir o reenviar mensajes relacionados con controversias políticas o religiosas será considerado un delito. Esto es extremadamente grave y se les advierte que no crucen la «línea roja» de ninguna manera».
Las autoridades han utilizado durante mucho tiempo varias jerarquías e instituciones, tales como los empleadores, para investigar y restringir las creencias religiosas de miembros del Partido, de trabajadores, y de gente promedio. No obstante, en la actualidad, esta práctica está aumentando.
Según fuentes, en junio del 2018, una aldea en el Estandarte Jalaid le envió a cada hogar una notificación en la que constaban sus regulaciones, prohibiendo que los aldeanos creyeran en Dios o participaran en actividades religiosas (un estandarte es una división administrativa en Mongolia Interior que corresponde al nivel de condado).
Un día de septiembre, una unidad de trabajo situada en el Estandarte Autónomo de Oroqen celebró una reunión para hablar sobre un documento que la empresa había recibido procedente de la Buró de Seguridad Pública local. El documento declaraba lo siguiente: «Si se descubre que algún trabajador o sus familiares poseen creencias religiosas, deberán ser reportados a las autoridades superiores». Después de la reunión, la cúpula directiva de la unidad de trabajo instó una vez más al presidente de su sindicato a investigar y hacerse cargo de este asunto.
En otro ejemplo de un gobierno local implementando la represión contra la religión, el gobierno de un poblado en la ciudad de Hailar convocó dos audiencias en el mes de octubre para auditar los subsidios de subsistencia. La medida fue implementada en respuesta a las órdenes estatales que establecían que las personas que poseían creencias religiosas no podían solicitar subsidios de subsistencia.
Estos informes procedentes de Mongolia Interior demuestran la presión ejercida sobre las personas religiosas y las medidas que las autoridades van a tomar para erradicar la religión en las comunidades locales. Tales iniciativas están siendo replicadas en el vasto territorio de China.
Información de Gu Qi