En China, las universidades se consideran un bastión para promover el socialismo mediante la educación. Por ese motivo, la persecución de estudiantes con creencias religiosas es permanente.
De hecho, es política de Estado perseguir a profesores y estudiantes universitarios que crean en Dios. Por ejemplo, dos estudiantes de una universidad de la ciudad de Binzhou, en la provincia de Shandong, al este del país, fueron reconocidos con honores por su desempeño académico a nivel provincial, pero, al descubrirse que eran católicos, fueron despojados de sus honores.
“La universidad ha puesto en marcha una campaña masiva para combatir las creencias religiosas siguiendo directrices del Gobierno central. Nadie puede hacer nada al respecto”, explicó un profesor de la universidad. “Aunque la Constitución establece que tanto creyentes como no creyentes gozan de los mismos derechos, la ley es papel sin valor. El Partido Comunista Chino tiene todo el poder y la última palabra en todo”.
El tenso ambiente debido a la campaña antirreligiosa en las universidades hace que los jóvenes cristianos guarden silencio.
Un estudiante de la misma universidad de Binzhou presentó una solicitud para un proyecto titulado Estudio de Canaán. Las autoridades universitarias lo llamaron para interrogarlo y casi termina con el proyecto cancelado simplemente por el título, porque las autoridades pensaban que estaba relacionado con un tema religioso.
“La universidad pensó que había tomado el nombre de ‘Canaán’ de la Biblia y que su uso estaba relacionado con creencias religiosas”, explicó una fuente. “El estudiante no era cristiano, sólo eligió ese nombre porque le sonaba bien”.
Situaciones como la relatada causan temor entre las personas y, por ende, se cuidan cada vez más de hablar sobre la fe en el campus. En el peor de los casos se podría llegar a otra inquisición literaria. No olvidemos que a lo largo de los años han encarcelado a personas en China por sus escritos y discursos.
La policía está utilizando diversos métodos para obtener información, incluso monitorea aplicaciones de mensajería para descubrir quiénes son creyentes. Una estudiante de primer año de la universidad de Binzhou describió la experiencia de una amiga en una universidad de otra provincia en los siguientes términos:
“La policía utilizó métodos que desconocemos para ingresar en un grupo religioso estudiantil en QQ [una aplicación de mensajería], obtuvo la información de contacto de algunos de los estudiantes y notificó a la universidad. Varios líderes universitarios hablaron con los estudiantes y les preguntaron sobre su fe como si estuvieran interrogando a prisioneros”.
Yang Xue es católica y ha recibido muchas visitas de los líderes de la universidad de Binzhou, quienes, para controlarla mejor, han agregado su cuenta de QQ a sus listas de contactos.
“En el pasado, usaba QQ para comunicarme con mis amigos creyentes de la Iglesia. Ahora, no me atrevo a enviar nada por QQ. Ni siquiera envío cosas sobre mi vida, porque temo que los líderes de la universidad lo descubran y vuelvan a hablar conmigo”, dijo Yang Xue.
Con frecuencia, se producen incidentes relacionados con investigaciones y amenazas por motivos religiosos en universidades de toda Yantai, una ciudad en Shandong, y autoridades académicas han convencido a varios estudiantes de renunciar a su fe, por temor a su futuro.
Zhu Yang estudia el cuarto año de su carrera en una universidad en Yantai.
Hace poco, un profesor le advirtió que la universidad tiene como política que sus estudiantes no tengan creencias religiosas.
“Si te retiras de la Liga Juvenil Comunista y mantienes tu fe, la universidad dejará constancia de tu situación en su expediente y cargarás con ello toda la vida”, le indicó el profesor. “Cuando solicites el examen de ingreso al posgrado y se examine tu historial político, no pasarás. No podrás trabajar en empresas estatales”, añadió.
A Zhu Yang le dieron un día para decidir entre las perspectivas futuras y su fe.
“Ese día lo pasé muy mal. Lloré toda la mañana. Oré al Señor. El Espíritu Santo tocó mi corazón y pensé en la canción Seguir a Jesús toda mi vida. Me sentí muy conmovido. Estoy convencido de que creer en Dios es algo que haré toda mi vida”, explicó Zhu Yang. “Al final, tomé una decisión: ¡no abandonaré mi fe!».
Feng Li, estudiante de una escuela que forma a maestros en Yantai, ha sido llamada en múltiples ocasiones por uno de sus profesores, quien le hace preguntas sobre su fe en Dios y su familia. El profesor le advirtió que investigar y limitar las creencias religiosas de los estudiantes universitarios es una orden emitida por el Gobierno central. El profesor también trató de obligarla a renunciar a su fe advirtiéndole que afectaría sus perspectivas en múltiples áreas.
Sin embargo, Feng Li no cedió.
“Quedará constancia de mi fe en mi expediente y eso afectará mis futuras opciones de empleo. Perderé más y mejores oportunidades de trabajo, pero no renunciaré a mi fe, porque he creído en Dios desde que era una niña y seguiré aferrándome a la fe”, comentó Feng Li.
Universidades en otras áreas de China han intervenido y atacado las creencias religiosas de los estudiantes de manera similar.
Para facilitar la persecución religiosa de los estudiantes e informar sobre todas las actividades en el campus relacionadas con creencias religiosas, la Universidad de Ciencia y Tecnología de Shaanxi ha recurrido a la “Guardia Nacional de la Bandera”, un grupo paramilitar de estudiantes creado en 2013, similar al de los Guardias Rojos de la Revolución Cultural, movilizados por Mao Zedong en 1966 y 1967, que tiene su sede en la universidad. Los guardias tienen por mandato supervisar la ceremonia diaria de izamiento de la bandera nacional en el campus e implementar medidas de seguridad durante los eventos organizados por la universidad. Según el sitio web de la universidad, la Guardia Nacional de la Bandera pretende ser “ejemplo de defensa del patriotismo y de promoción de la educación de defensa nacional”.
La Guardia Nacional de la Bandera de la universidad cuenta actualmente con cerca de 200 miembros, todos estudiantes. El grupo, y lo que realmente representa, es una mala noticia para el futuro y la libertad en los campus universitarios.
(Todos los nombres en este artículo son seudónimos.)
Informado por Li Mingxuan