Al incrementar la vigilancia de los cristianos, las personas de edad avanzada en las aldeas no pueden asistir a las iglesias, las cuales sirven como lugares donde celebrar reuniones y practicar su fe.
Más de una docena de cristianos de edad avanzada de una aldea han sido sometidos a una estricta vigilancia por parte de las autoridades, lo cual, consiguientemente, los mantiene alejados de su iglesia, dificultándoles el hecho de conservar sus vidas espirituales.
La aldea, situada en la ciudad suroriental de Fuzhou, en la provincia de Jiangxi, está mayormente compuesta por personas de edad avanzada. Entre ellos hay más de una docena de cristianos pertenecientes a la Iglesia de Dios Todopoderoso (IDT), uno de los blancos religiosos favoritos del Gobierno chino.
Yang Hui, seudónimo, es la líder de la rama local de la IDT de la comunidad. “Estos ancianos creyentes están atrapados en la aldea. No pueden montar en bicicleta y en la misma no hay autobuses de transporte público», afirmó. “Sus familias les impiden creer en Dios debido a los rumores y a la confusión creados por el Partido Comunista Chino (PCCh). Nunca salen y es demasiado peligroso para nosotros ingresar a la aldea. El Gobierno está intentando atraparlos y obligarlos a renunciar a su fe».
Según ella, en julio de 2015, una miembro de la IDT que no vivía en la aldea se dirigió a la misma para ayudar a los ancianos creyentes, pero luego de ser denunciada, fue arrestada y detenida durante siete días. A partir de ese momento, los ancianos comenzaron a ser vigilados por el Gobierno, provocando que los aldeanos movilizados estuvieran alertas.
Estos aldeanos, que ahora están en deuda con el Partido Comunista Chino (PCCh), tienen reglas: si ingresan extraños a la aldea, se espera que los mismos los interroguen y vigilen. Si estos fueran identificados como personas que poseen creencias religiosas, deberán ser inmediatamente denunciados ante las autoridades, tras lo cual los funcionarios establecerán un horario para registrar de forma intermitente sus hogares, y amenazar sus medios de vida y los de sus familiares si continúan practicando su religión… típico de la China comunista.
Debido a la estricta vigilancia implementada por las autoridades sobre estos aldeanos cristianos de edad avanzada, los mismos han perdido contacto con la IDT. En reemplazo de la iglesia, los creyentes intentan eludir a los que los vigilan para poder reunirse en secreto, cambiando con frecuencia sus lugares de reunión. Los ancianos han celebrado reuniones en las cimas de montañas, en el campo y en otros sitios impredecibles.
Pero aún así, no hay paz para ellos.
En septiembre de 2018, nueve oficiales de policía irrumpieron en el hogar de un creyente y realizaron una inspección exhaustiva, dejándolo en completo desorden. La policía incautó libros cristianos y cuatro reproductores MP5, y además le dijeron al hijo del creyente: «Dile a tu padre que ya no debe creer en Dios. Llámanos si descubres algún creyente entre los visitantes. Serás recompensado por denunciarlos».
A pesar de que ingresar a la aldea significa enfrentar el peligro de ser denunciado y arrestado en cualquier momento, Yang Hui y otros miembros de la Iglesia decidieron visitar y apoyar a estos creyentes en octubre de 2018.
Tal y como Yang Hui le dijo a Bitter Winter, existen dos caminos para poder ingresar a la aldea: uno es la autopista, pero las aldeas situadas a lo largo de la ruta están muy pobladas; el otro es una remota carretera de montaña, la cual es muy empinada y tiene precipicios en ambos lados, haciéndola extremadamente peligrosa. Para evitar ser arrestada, decidió atravesar la remota carretera de montaña e ingresar a la aldea por la noche.
«Si no fuera por el acoso y la persecución implementados por el PCCh, no nos hubiéramos visto obligados a tomar el peligroso camino de montaña, ni hubiéramos tenido que ingresar a la aldea a escondidas por la noche, en absoluta oscuridad», afirmó Yang Hui, recordando que una tarde del pasado mes de octubre, ella y fieles de la Iglesia se las ingeniaron para cruzar esa empinada y curva carretera de montaña para poder llegar a la aldea. Los ancianos creyentes se sintieron particularmente felices de ver a Yang Hui y a los demás.
«¡Esperaba que pudieran asistir a las reuniones, pero me preocupaba que el PCCh los arrestara!», afirmó un cristiano octogenario.
Esa tarde, su reunión continuó hasta altas horas de la noche, los ancianos se mostraban reacios a irse. Pero para evitar ser detectados, Yang Hui y los demás tuvieron que abandonar la aldea antes del amanecer. Y, aún así fueron arrestados por el PCCh.
A fines de octubre, poco después de que Yang Hui y otros fieles de la Iglesia llegaran al lugar de reunión, siete oficiales de policía irrumpieron en el mismo, los detuvieron y los llevaron hasta la estación de policía local.
Yang Hui fue liberada luego de permanecer detenida durante siete días. Un oficial de policía le advirtió: “Te tomamos fotos y las publicaremos en línea. En el futuro, podremos vigilarte sin importar a dónde vayas».
Desde que ella y los demás fueran arrestados, los ancianos aldeanos están siendo vigilados de manera aún más estricta.
Informado por Tang Zhe