Bajo el pretexto de «desradicalización», el PCCh ha extendido su control sobre la población de Sinkiang a todos los aspectos de la vida diaria.
La persecución llevada a cabo por las autoridades contra los uigures, los kazajos étnicos y otros musulmanes en Sinkiang afecta todos los aspectos de sus vidas, haciendo que las tradiciones islámicas corran peligro de extinción.
Varios chinos de etnia han que viven y trabajan en Sinkiang le han descrito a Bitter Winter cómo perciben la situación en Sinkiang.
Luchando contra tradiciones centenarias
El dueño de una tienda emplazada en la ciudad de Korla, en la provincia de Sinkiang, le dijo a Bitter Winter que recientemente había invitado a algunos amigos hui a compartir una comida, y había hecho arreglos especiales para servir comida halal. El mismo les dijo: «Ustedes no comen carne de cerdo. Toda esta comida es halal». Uno de sus amigos de etnia hui, con una expresión de terror en su rostro, intervino apresuradamente, diciendo: «En el futuro no deberías decir tales cosas. Podemos comer cualquier cosa ahora. Viste que, tan pronto como llegamos, pusimos nuestros teléfonos móviles en otra habitación. Todos ellos han sido especialmente procesados por la policía. Si estos comentarios llegan a ser monitoreados, estaremos confinados en una clase de estudio», es decir, un programa de adoctrinamiento.
Una vendedora de ropa dijo que una niña uigur fue a su tienda a comprar ropa y le gustó mucho el estilo de una falda. No obstante, su madre señaló el patrón islámico situado en la parte inferior de la misma y aseguró con firmeza que no podían comprar la prenda. La madre también dijo que el Gobierno había estipulado que no se podía usar ninguna prenda de vestir que tuviera un patrón islámico. Incluso las decoraciones para el hogar que contengan tales patrones deben ser retiradas.
En febrero de 2015, las autoridades de Sinkiang promulgaron el Reglamento relacionado con la prohibición de usar velos faciales y burkas en lugares públicos de Ürümqi. El mismo no habla únicamente de burkas, sino que también prohíbe el uso de túnicas o de prendas de vestir que posean símbolos o patrones islámicos. Las mujeres uigures tienen prohibido cubrirse el rostro, y los hombres tienen prohibido dejarse crecer una larga barba. Además, a los musulmanes hui no se les permite usar solideos blancos.
La comerciante también reveló que, si un musulmán se deja crecer una larga barba y es descubierto por funcionarios de la comunidad, la barba será rasurada por la fuerza de inmediato, y la persona en cuestión deberá escribir una declaración, afirmando: «Me afeité la barba voluntariamente”.
Los uigures están acostumbrados a colocar una manta sobre el suelo y sentarse encima de ella, pero, en la actualidad, el Partido Comunista Chino (PCCh) exige que los mismos compren sofás y mesas de café, y se sienten en el sofá. El director de una escuela afirmó con impotencia: «Tengo que tomar la iniciativa de ir a comprar un sofá. El Gobierno me exigió que lo comprara en el plazo de un mes. Vendrán y revisarán mi hogar».
Una residente de etnia han le dijo a Bitter Winter que le preguntó a una niña uigur de nueve años: “¿Aprendes el idioma uigur en la escuela?”. La niña respondió: “No aprendemos el idioma uigur. Mi maestra dijo que no podemos conservar en casa ni un solo libro en idioma uigur. Tiré todos esos libros. Ahora, ya no puedo hablar el idioma uigur. Cuando nos comunicamos con mi hermano menor, a veces tenemos que hacer gestos con las manos, pero nunca hablar en uigur. También temo ir a ver a mi abuela, porque no puede hablar mandarín. Cada vez que veo a mi abuela, no puedo comunicarme con ella».
En el año 2019, el PCCh les ordenó a los uigures que celebraran el Festival de la Primavera, a pesar del hecho de que los uigures nunca habían celebrado en el pasado tales festivales étnicos han. Antes del Festival de la Primavera, las autoridades municipales de Jotán reclutaron personas de etnia han para que fueran puerta por puerta colocando por la fuerza dísticos y colgando faroles típicos de esta celebración han en los hogares de uigures. Las autoridades pagaron 20 yuanes (aproximadamente 3 dólares) por cada dístico colocado en un hogar uigur, y afirmaron que el propósito de esta iniciativa era transformar el pensamiento de los uigures para que pudieran aprender de los han y unirse a ellos para hacer que el país fuera más poderoso y próspero.
Tarjetas de identificación revisadas por doquier
Un maestro de Sinkiang me dijo que los ciudadanos ahora tienen que llevar su tarjeta de identificación dondequiera que vayan. Ya sea que vayan a una escuela, a un vecindario residencial, a un hospital, a un banco, a un restaurante, o a una tienda minorista, siempre deben presentar su tarjeta de identificación. Sin una tarjeta de identificación, ni siquiera pueden comer en restaurantes. Cuando ingresan a un centro comercial para comprar cosas, tienen que someterse a un registro corporal completo, y lo mismo sucede cuando deben abordar un avión. Si existiera incluso una ligera discrepancia entre la foto de la tarjeta de identificación de la persona y su apariencia real, se les pedirá que vayan a otro lugar para continuar siendo examinados. Algunos quisieron visitar un centro comercial pero no tenían su tarjeta de identificación con ellos, y cuando se les impidió ingresar al mismo, formularon algunas quejas. El personal de inspección llamó de inmediato a la comisaría y le pidió a la policía que fuera al lugar.
El maestro agregó: “A través del director de la escuela, logré con gran esfuerzo comprar un cuchillo para vegetales. Se me pidió que lo llevara a la oficina de la comunidad para que grabaran el número de mi tarjeta de identificación en él. También tenía que estar registrado en la computadora. El cuchillo para vegetales solo puede ser usado en la cocina y debe estar asegurado a una cadena de hierro”. El mismo explicó que esta iniciativa llevada a cabo por las autoridades está destinada a evitar que las personas usen los cuchillos de cocina como armas.
El espionaje se convierte en obligatorio
Un funcionario de prisiones que deseaba permanecer en el anonimato reveló que los uigures están confinados en campamentos de transformación por medio de educación, incluso por haberse involucrado en una pelea o por no detenerse en un semáforo en rojo. Aquellos que han sido encerrados deben proporcionar los nombres de dos a cuatro personas que hayan cometido delitos, tales como portar cuchillos regulados u otras herramientas de corte fuera de sus hogares sin autorización. «Si proporcionas esta información, no serás torturado. Si te niegas a hacerlo, serás sometido a torturas. Esto ha obligado a las personas a denunciarse entre sí. Incluso algunas personas que se habían involucrado en una pelea hace más de una década han sido denunciadas y arrestadas».
En cuanto a la duración de la detención de estos uigures, afirmó: «El Gobierno no planea liberarlos. El Gobierno nunca explicó qué crímenes cometieron estos uigures. El PCCh solo quiere sinizar a los uigures. Ahora, cuando caminan por la calle, los uigures mantienen la cabeza baja cuando ven pasar personas de etnia han. Si accidentalmente se chocan con una persona de etnia han, se asustan tanto que se disculpan apresuradamente. Al cruzar una intersección, les preocupa que alguien los denuncie y afirme que pasaron por alto una luz roja».
Información de Xiang Yi