Las autoridades están utilizando sistemas de posicionamiento satelital, drones y otras herramientas de alta tecnología para vigilar a los creyentes.
Shen Xinran
En octubre de 2018, las autoridades cerraron por la fuerza un templo budista ubicado en la montaña Bijia, en la ciudad de Zunhua, provincia de Hebei, al norte de China, y luego lo vigilaron con un dron, según información proporcionada por residentes de la zona.
“El dron está equipado con una cámara panorámica. Desde que el templo fue clausurado, el dron ha estado sobrevolando la montaña con mucha frecuencia”, explicó un aldeano.
En un principio, algunos aldeanos pensaron que el dron se estaba utilizando para capturar imágenes de paisajes desde las alturas. Sin embargo, luego se dieron cuenta de que este volaba exclusivamente sobre el templo. “En una oportunidad, el dron se posicionó sobre el gran quemador de incienso del templo, extendió una cámara y tomó algunas fotografías”, contó otro aldeano.
Un mes después del cierre, la persona a cargo del templo lo abrió en secreto. Al día siguiente, algunos funcionarios llegaron al templo, precintaron todas las puertas y le dijeron a la persona a cargo: “¡Lo vimos abrir la puerta!”.
En octubre, en la provincia de Fujian, al sureste de China, autoridades locales paralizaron la construcción de un templo budista en el condado de Zhangpu, bajo la jurisdicción de la ciudad de Zhangzhou, por cuarta vez. Funcionarios de la Oficina de Administración de Tierras local explicaron a los administradores del templo que utilizaban tecnología de posicionamiento satelital y, de ese modo, se enteraban de las obras cada vez que se ponían en marcha. “Incluso sabemos quién está en el templo en todo momento”, añadieron.
En diciembre, en la provincia de Henán, en el centro de China, las autoridades locales cerraron la iglesia Si’en, una iglesia del Movimiento Patriótico de las Tres Autonomías ubicada en el municipio de Lihe, bajo la jurisdicción de la ciudad de Nanyang. De forma temporal, sus miembros comenzaron a celebrar las reuniones en la casa de un cristiano muy cerca de la iglesia. Apenas tres meses después, un informante del Gobierno reportó las actividades y, el 8 de marzo, algunos funcionarios instalaron una cámara de seguridad de alta definición con grabación de 360 grados bajo los aleros de la iglesia Si’en apuntando al lugar temporal para las reuniones. Los creyentes están bajo vigilancia las 24 horas del día y el director de seguridad del municipio los amenazó con encarcelarlos si seguían reuniéndose.
Un abad budista a cargo de un templo en la ciudad de Yueqing, provincia de Zhejiang, al este de China, le comentó a Bitter Winter que, desde la segunda mitad de 2016, tan pronto se detecta un templo sin licencia o una estatua budista mediante el sistema de posicionamiento por satélite, es demolido. Cuando los funcionarios gubernamentales se presentaron para demoler el templo, declararon que fue descubierto mediante posicionamiento satelital.
Tras la demolición de algunos templos, las autoridades tomaron fotografías e indicaron que las incluirían en una base de datos. Después de verificar por vía satelital que no hubiese ningún problema, se consideraría el lugar como un sitio conforme a las normas.