Como alternativa a la demolición, a los católicos se les exige que sus iglesias sean despojadas de todos los símbolos religiosos. Una vez hecho esto, los edificios son declarados «centros culturales» donde las actividades religiosas están prohibidas.
Zhou Xiaolu
Durante el último año, el Partido Comunista Chino (PCCh) ha tomado una serie de medidas tendientes a reprimir iglesias y templos, incluidos algunos pertenecientes a las cinco religiones autorizadas. Iglesias protestantes y católicas han sido demolidas o clausuradas, y cruces han sido desmanteladas. No obstante, estas medidas a menudo causan protesta pública. Para evitar las críticas, el PCCh está experimentando con formas más sutiles de poner a las iglesias fuera de servicio.
Bitter Winter ha informado repetidamente cómo iglesias de las Tres Autonomías fueron convertidas en fábricas o en otras empresas seculares. En los últimos días, Bitter Winter ha visitado varias iglesias católicas emplazadas en el condado de Qishan, el cual se encuentra bajo la administración de la ciudad de Baoji, en la provincia de Shaanxi. Descubrimos que, si bien las iglesias no han sido demolidas, su apariencia ha sido alterada. Una de ellas ha sido convertida en un centro comunitario. Colgando de uno de los muros interiores de la iglesia había un cartel que exhibía los «valores socialistas centrales». Y en dicha iglesia estaba prohibido realizar cualquier tipo de actividad religiosa.
Creyentes locales le dijeron a Bitter Winter que, en septiembre del año pasado, las autoridades del condado de Qishan comenzaron a afirmar que dos iglesias católicas locales nunca habían recibido la aprobación formal de las autoridades. Los mismos afirmaron que se trataba de «edificios ilegales» y, que, según las regulaciones y políticas nacionales, debían ser demolidos. Cuando los creyentes protestaron contra la demolición, las autoridades afirmaron que, si querían salvar a la iglesia de ser demolida, «primero debían quitar la cruz y luego debían colgar un letrero que dijera ‘Centro de actividades culturales’».
Para proteger a la iglesia, los creyentes no tuvieron más remedio que aceptar las exigencias de las autoridades. Las cruces de ambas iglesias católicas fueron cortadas. Las palabras «Iglesia católica» fueron cubiertas y reemplazadas con carteles que decían «Centro de actividades culturales».
“¡Si los descubrimos celebrando misa en la iglesia, la misma será inmediatamente demolida!”, advirtieron las autoridades. Luego de que la cruz fuera desmantelada, personal del Gobierno local no solo amenazó al presidente de la iglesia, sino que también envió con frecuencia a funcionarios de la aldea para vigilar e investigar si los creyentes continuaban llevando a cabo actividades religiosas allí. Como consecuencia de esta vigilancia a largo plazo, los creyentes ya no se atreven a ingresar a la iglesia para practicar su fe.
Llegué a una iglesia católica emplazada en el poblado de Gujun, el cual se encuentra bajo la administración del condado de Qishan, y descubrí que la cruz de la iglesia también había sido desmantelada. Las palabras «Iglesia Católica» que originalmente estaban situadas en una posición prominente en la parte superior de la iglesia, ahora también han sido cubiertas con una estrella roja de cinco puntas, un símbolo del PCCh, y un letrero que dice «Centro de actividad cultural».
Un creyente católico local me dijo que la cruz de la iglesia había sido desmantelada por la fuerza a principios de agosto del año pasado. Antes de su eliminación, las autoridades habían amenazado con demoler la iglesia, obligando a los creyentes a retirar la cruz y a eliminar todos los símbolos religiosos del interior de la iglesia. Esta es una estrategia muy utilizada. La eliminación de las características religiosas del edificio es ofrecida como una alternativa a la demolición. No obstante, una vez que se han eliminado los símbolos religiosos, se les dice a los creyentes que el edificio pasa a ser un «centro comunitario» y no puede ser utilizado para fines religiosos.
En el caso del poblado de Gujun, las autoridades convirtieron una habitación dentro de la iglesia en una «Cámara del Consejo de Casas de Labranza», y publicaron el Reglamento sobre procedimientos de Casas de Labranza. El Reglamento establece: “La Cámara del Consejo solo podrá ser utilizada por los aldeanos del grupo Shanghe de la aldea de Qiaoshan para celebrar reuniones, organizar eventos y llevar a cabo otras tareas. Se requiere inscripción previa para organizar reuniones, tareas y debates entre los aldeanos… Se prohíbe el uso (del lugar) sin permiso».
A pesar del hecho de que estas iglesias fueron construidas por creyentes, los mismos han perdido el derecho de utilizarlas. Actualmente, los creyentes no cuentan con un lugar en el que puedan llevar a cabo actividades religiosas. Todo lo que pueden hacer es orar en secreto y celebrar misas en hogares particulares.