Luego de destruir una iglesia en construcción, las autoridades emitieron un comunicado de prensa, afirmando que la iglesia era un «edificio privado que violaba las leyes de construcción».
por Ling Tian
Las autoridades demolieron por la fuerza una iglesia de las Tres Autonomías emplazada en la ciudad de Wanning, en la provincia de Hainan, en el extremo sur de China, la cual estaba siendo construida por creyentes a un costo de más de tres millones de yuanes (unos 447 000 dólares). Para ocultar la verdad, los funcionarios locales emitieron un comunicado de prensa afirmando que la iglesia demolida era un edificio privado construido ilegalmente.
La iglesia estaba situada en la aldea de Qinsai del poblado de Hele, bajo la jurisdicción de Wanning. El 28 de diciembre de 2018, el Gobierno de la ciudad envió al lugar a aproximadamente 200 oficiales de policía, incluida policía SWAT y oficiales de administración urbana. Las tareas de demolición fueron dirigidas y supervisadas allí mismo por Wang Sanfang, vicealcalde ejecutivo de la ciudad y miembro de la Comisión Permanente del Comité Municipal del Partido. Alrededor de 50 creyentes se encontraban presentes en la iglesia para protegerla.
Las autoridades nunca reconocieron que habían demolido la iglesia: en lugar de ello, publicaron un comunicado de prensa en el sitio web oficial del Gobierno local, alegando que habían destruido un edificio privado construido ilegalmente perteneciente a una persona de apellido Wang (la persona a cargo de la iglesia).
Vídeo: Los creyentes lloran de angustia.
Los pobladores locales cuestionaron la explicación dada por las autoridades: si la propiedad demolida era un edificio privado, ¿por qué el líder del comité municipal del Partido estaba presente en el lugar?
“La iglesia fue financiada y estaba siendo construida de manera conjunta por creyentes. Todos podían ver que se trataba de una iglesia. El Gobierno fue deliberadamente engañoso porque tienen un motivo oculto», los creyentes se sentían indignados.
Un creyente recordó que antes de la demolición, el Gobierno del poblado de Hele buscó a algunos creyentes en la aldea de Qinsai, y les advirtió que no se opusieran al Gobierno. El día de la destrucción forzada, algunos creyentes angustiados yacían en el suelo llorando. El sonido de su llanto angustiado resonaba desde el interior de la iglesia, pero el personal gubernamental no se inmutó. Luego de un enfrentamiento que duró más de una hora, presionados por la presencia policial masiva enviada por el Gobierno, los creyentes se vieron obligados a abandonar la iglesia. Posteriormente, dos máquinas especialmente diseñadas para llevar a cabo tareas pesadas comenzaron a demoler el edificio, y la iglesia se derrumbó en medio del rugido de los motores.
Otro creyente reveló que la razón por la que el Gobierno no admitió en público que fue el que demolió la iglesia fue porque no quería atraer la atención ni dar lugar a críticas a nivel internacional. Al afirmar que demolieron un edificio privado, las autoridades intentaron ocultar la verdad sobre la represión religiosa y preservar la imagen y reputación del Gobierno.
Según datos disponibles, la mayoría de la gente de Qinsai y de aldeas cercanas son cristianos. La antigua iglesia de Qinsai, la cual fue la primera iglesia del Movimiento Patriótico Protestante de las Tres Autonomías local, fue construida hace más de 100 años y tenía una capacidad limitada, por lo que los creyentes tomaron la iniciativa de donar dinero para la construcción de una nueva iglesia que pudiera albergar a 1000 personas.
La construcción de la nueva iglesia comenzó en diciembre de 2017. El día de su demolición, ya se habían construido tres pisos del edificio principal, que cubrían una superficie de 1230 metros cuadrados. Tomó un total de seis días demoler la iglesia y nivelar sus cimientos.
Vídeo: Escena de la demolición forzada ordenada por las autoridades de una iglesia de las Tres Autonomías emplazada en la aldea de Qinsai.
“Una semana antes de la demolición forzada, el Gobierno del poblado de Hele emitió una notificación en la que nos daban un máximo de cinco días hábiles para demolerla nosotros mismos. Todos los hermanos y hermanas lloraron en ese momento, todos ellos estaban construyendo la iglesia y trabajaron arduamente en ella durante más de un año. La persona a cargo de la iglesia guio a todos para que tomaran turnos para vigilar y orar por la nueva iglesia durante las 24 horas al día, hasta el momento en el que la misma fue demolida», le dijo un creyente a Bitter Winter.