El hemiciclo de Bruselas aprobó una resolución de urgencia sobre los derechos humanos y la libertad religiosa en la tierra del Dragón Rojo. Lo aplaudimos al tiempo que señalamos algunas fallas.
por Marco Respinti
Finalmente, la Unión Europea (UE) pone las cosas en marcha. El 18 de abril, durante su sesión plenaria, el Parlamento Europeo (PE) aprobó una resolución de urgencia, solicitando atención sobre la terrible situación de los derechos humanos en China y exigiendo la puesta en marcha de medidas, en particular, en nombre de minorías religiosas y étnicas.
Particularmente importante y al punto son algunas disposiciones presentes en el texto. Sobre la base de documentos anteriores, el Artículo 2 de la nueva resolución «[p]ide al Gobierno chino que ponga fin de inmediato a la práctica de detenciones arbitrarias —sin cargos, juicio, ni condena penales— de miembros de las minorías uigur y kazaja y de tibetanos, que cierre todos los campos y centros de detención y que ponga en libertad, inmediatamente y sin condiciones, a los detenidos”.
Esto es sumamente relevante, por supuesto, porque reconoce y menciona a los campamentos y a los centros de detención. De hecho, estos son los infames campamentos de transformación por medio de educación, distribuidos por todo Sinkiang (que muchos uigures prefieren llamar Turquestán Oriental) y disfrazados por el régimen comunista chino como «escuelas profesionales y de capacitación», mientras que en realidad son campos de concentración.
Feliz con este resultado en el PE, el Sr. Dolkun Isa, presidente del Congreso Mundial Uigur con sede en Múnich, Alemania, le dijo a Bitter Winter lo siguiente: «Fue alentador ver cómo se aprobaba hoy esta resolución relativamente firme y escuchar a muchos miembros del Parlamento Europeo y a la Sra. Mogherini afirmar que los derechos humanos no quedarán relegados a un segundo plano en las relaciones económicas con China. Ahora le pedimos a la UE y a sus Estados miembros que apliquen esta resolución y que respalden la retórica con acciones concretas».
La Sra. Lucia Parrucci, a cargo de China para la Organización de Naciones y Pueblos No Representados (UNPO, por sus siglas en inglés) con sede en Bruselas, le expresó a Bitter Winter la satisfacción de la UNPO, subrayando la importancia del documento recientemente adoptado «sobre todas las minorías en China, especialmente después de que aprobaran una resolución de emergencia sobre los uigures hace sólo unos meses, en octubre de 2018. La nueva resolución de urgencia es aún más relevante porque se produce justo después de la reciente 21 Cumbre UE-China. Es muy peculiar. Y significa que toda la cuestión de los derechos humanos y la libertad religiosa en China es ahora una de las prioridades de la UE».
De hecho, el fuerte Artículo 2 de la resolución se repite en todo el texto del documento, donde se hacen muchas más referencias directas a la insoportable situación de los uigures, los kazajos y otras minorías étnicas musulmanas que son regularmente acosadas y reprimidas.
Defendiendo a las minorías musulmanas, a los tibetanos, a los seguidores de Falun Gong y a extranjeros
Pero no solo. Particularmente significativo es el Artículo 4, que extiende la preocupación más allá de los grupos musulmanes e incluso nombra a algunos presos de conciencia detenidos ilegalmente en China, exigiéndole al Gobierno chino que ponga en libertad inmediatamente a : «[…] uigures como Ilham Tohti, Tashpolat Tiyip, Rahile Dawut, Eli Mamut, Hailaite Niyazi, Memetjan Abdulla, Abduhelil Zunun y Abdukerim Abduweli; las personas perseguidas por sus creencias religiosas, incluidos Zhang Shaojie, Hu Shigen, Wang Yi y Sun Qian; los activistas, escritores y personalidades religiosas del Tíbet sobre los que pesan cargos penales o que han sido encarcelados por ejercer su derecho a la libertad de expresión, incluidos Tashi Wangchuk y Lobsang Dargye».
Los budistas tibetanos son ampliamente mencionados en el Artículo 8, el cual “[p]ide a las autoridades chinas que respeten las libertades fundamentales de los tibetanos, incluidas las libertades en materia de lengua, cultura y religión, y se abstengan de aplicar políticas de asentamiento en favor de la etnia han y en detrimento de los tibetanos, así como de obligar a los nómadas tibetanos a abandonar su estilo de vida tradicional». El Artículo 9 «Condena las campañas ejecutadas al amparo del enfoque de ‘educación patriótica’, incluidas las medidas para controlar los monasterios budistas tibetanos; muestra su preocupación por el uso abusivo del Derecho penal chino para perseguir a tibetanos y budistas, cuyas actividades religiosas se equiparan al ‘separatismo’; lamenta que las condiciones para la práctica del budismo en el Tíbet hayan empeorado considerablemente tras las protestas tibetanas de marzo de 2008 al haber adoptado el Gobierno chino un enfoque más generalizado de la ‘educación patriótica’».
El Artículo 3 extiende la preocupación a otros grupos religiosos y «[p]ide la puesta en libertad inmediata de las personas detenidas arbitrariamente y de los presos de conciencia, incluidos los practicantes de Falun Gong, y el fin de las desapariciones forzadas, e insiste en que todas esas personas deben poder escoger a su representante legal y tener acceso a su familia y a asistencia médica y en que sus casos deben ser investigados».
Los cristianos están expresamente defendidos en el Artículo 7, el cual “[p]ide a las autoridades chinas que pongan fin a sus campañas contra las congregaciones y organizaciones cristianas, así como al acoso y la detención de sacerdotes y pastores cristianos y a las demoliciones forzadas de iglesias».
Y el Artículo 5 incluso toca la delicada y urgente cuestión de los extranjeros detenidos en China por razones políticas (incluso si China inventa excusas relacionadas con ello), pidiendo “[…] la inmediata puesta en libertad del editor Gui Minhai, de nacionalidad sueca, y de los dos ciudadanos canadienses Michael Spavor y Michael Kovrig».
Ahora: acción
Solo palabras, como de costumbre, uno puede comentar. No, no solo. No esta vez. Al menos en las intenciones de los representantes del Parlamento Europeo que aprobaron esta resolución de urgencia. De hecho, el documento insta a la acción de la comunidad internacional explícitamente y del Parlamento Europeo específicamente. El Artículo 13 “[p]ide a los Estados miembros que impidan toda actividad de las autoridades chinas en el territorio de la Unión encaminada a acosar a miembros de las comunidades túrquicas, tibetanos y otros grupos religiosos o étnicos con el fin de obligarlos a actuar como informadores, de forzar su retorno a China o de silenciarlos». Y, lo que es más importante, el Artículo 14 “[p]ide a las autoridades chinas que permitan el acceso libre, útil y sin obstáculos a la provincia de Sinkiang y a la Región Autónoma del Tíbet de los periodistas y los observadores internacionales, incluidos la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y los titulares de un mandato de los procedimientos especiales de las Naciones Unidas; pide a la Unión y a los Estados miembros que asuman el liderazgo en el próximo período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para que se apruebe una resolución que cree una misión de investigación en Sinkiang”.
Si esto sucede, será un logro significativo único. De hecho, las recientes visitas de las delegaciones extranjeras invitadas a Sinkiang parecen ser viajes organizados para amigos y aliados. China Daily informó sobre las visitas de observadores de Pakistán, Venezuela, Cuba, Egipto, Camboya, Rusia, Senegal y Bielorrusia en febrero de 2019, afirmando con asombro que todos «[…] hablaron con pasantes en centros de educación y formación profesional, clérigos y otros miembros del público durante su visita» (llamar a los campamentos de detención «centros de formación y capacitación profesional» y a los detenidos “aprendices» es el «lenguaje informativo» del régimen chino) y todos «[…] acordaron que el Gobierno chino ha obtenido logros en lo que respecta a la prevención del terrorismo, salvaguardando la libertad religiosa de sus ciudadanos y conservando las tradiciones y cultura étnicas». Después de todo, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, el Sr. Lu Kangs, definió a Sinkiang «[…] un lugar abierto», Pakistán afirmó que los campamentos de detención de Sinkiang simplemente han sido víctimas del «sensacionalismo”, y Arabia Saudita compra sin críticas las mentiras de Pekín relacionadas con la lucha contra el“ terrorismo” en la región.
Pero en la resolución se prevé una acción aún mayor, ya que el Artículo 20 le pide al Consejo Europeo —el cual define la dirección política y las prioridades generales de la UE, y que actualmente está presidido por el ex primer ministro polaco Donald Tusk— «[…] que estudie la posibilidad de adoptar sanciones selectivas contra las autoridades responsables de la represión en la Región Autónoma Uigur de Sinkiang”. De manera similar, el Artículo 21 “[p]ide a la Unión, a sus Estados miembros y a la comunidad internacional que suspendan todas las exportaciones y transferencias de tecnología de bienes y servicios que China está utilizando para ampliar y mejorar sus equipos de cibervigilancia y su dispositivo predictivo de elaboración de perfiles; manifiesta su profunda preocupación por el hecho de que China ya esté exportando estas tecnologías a Estados autoritarios de todo el mundo». Se trata de decisiones muy importantes, que siguen la misma línea que ahora sigue el Gobierno de Estados Unidos después de que la Comisión Ejecutiva del Congreso de los Estados Unidos sobre China invocara la Ley Magnitsky Global contra los funcionarios chinos responsables de tales horrendas atrocidades y crímenes de lesa humanidad. La situación es urgente, y cada día más alarmante y espantosa, tal y como lo ha documentado recientemente The New York Times.
Habiendo dicho esto…
Bitter Winter ha criticado el acto de equilibrio en el que muchos representantes del Parlamento Europeo parecen estar involucrados con respecto a China y se ha sumado calurosamente a la queja internacional sobre la insoportable situación de los derechos humanos y de la libertad religiosa en China. Por lo tanto, ahora da la bienvenida a esta nueva e importante resolución de urgencia, apreciando el debate que precedió a la votación, y felicita especialmente a la Sra. Federica Mogherini, Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y Vicepresidenta de la Comisión Europea, por su vibrante discurso. “Para europeos”, afirmó, “los derechos humanos no son menos importantes que los intereses económicos. Por el contrario, son tan importantes, si no más importantes, que nuestros intereses económicos». La UE, agregó, tiene que hallar una forma de cooperar con la República Popular de China, pero esto debe basarse siempre en palabras y principios claros. Por esta razón, Mogherini ha destacado que las preocupaciones por los derechos humanos deben plantearse a todos los niveles en las relaciones con China, no solo por el Consejo Europeo, la Comisión Europea y el PE, sino también por los Estados miembros de la UE en sus relaciones bilaterales con China.
A pesar de todo esto, damos dos hurras a la resolución aprobada, no tres. No podemos dejar de señalar que en el documento no se hace referencia a varios grupos religiosos salvajemente perseguidos en la China actual. Los mismos son aquellos que están catalogados como xie jiao y considerados «no religiosos» por el PCCh. De la lista oficial de xie jiao, la resolución de la UE sólo menciona a Falun Gong, lo cual, por supuesto, es bienvenido. Lamentamos que el documento no pronunciara una sola palabra sobre el «nuevo Falun Gong», es decir, la Iglesia de Dios Todopoderoso (llamada el «nuevo Falun Gong» no por alguna similitud teológica, la cual es simplemente inexistente, sino por la sangrienta represión que sufre, similar a la que diezmó a Falun Gong). Ninguna palabra está dedicada a los “Gritones” (Shouters) o a la Asociación de Discípulos, por nombrar a algunos otros perseguidos, llamados xie jiao. La resolución condena la persecución de cristianos, y es sumamente apropiada, pero nombrar específicamente a estos grupos (los cuales a veces también son teológicamente criticados por otros grupos cristianos) los habría ayudado mucho a salir a la luz más claramente y, por lo tanto, a ser defendidos públicamente. Lo mismo también es cierto para los Testigos de Jehová, quienes actualmente están siendo acosados en China, mientras que prácticamente nadie les presta atención.
Los católicos y algunas ambigüedades
Más bien extraño también es el punto B en la primera parte (que trata de las premisas) de la resolución, el cual establece que «[…] China ha logrado sacar a 700 millones de personas de la pobreza». Por otro lado, la resolución afirma sin rodeos que “[…]desde que el presidente Xi Jinping asumió el poder en marzo de 2013, la situación de los derechos humanos en el país ha seguido deteriorándose y el Gobierno ha mostrado una mayor hostilidad hacia la disidencia pacífica, las libertades de expresión y religión, y el Estado de Derecho”, centrándose específicamente, en el punto C, los nuevos Reglamentos sobre Asuntos Religiosos que entraran en vigor el 1 de febrero de 2018. En realidad, tal y como lo ha documentado Bitter Winter, el régimen comunista chino sigue destruyendo propiedades y desintegrando familias para ocultar la pobreza en las estadísticas oficiales. En China, el PCCh lucha contra la pobreza política y legislativamente declarando que ya no existe: para sacar a los pobres de la pobreza, el PCCh simplemente elimina a los pobres.
Otro elemento altamente crítico en la resolución es el punto D de las premisas. El mismo afirma que «[…] si bien la Santa Sede y el Gobierno chino alcanzaron en septiembre de 2018 un acuerdo en cuanto a los nombramientos de obispos en China, las comunidades religiosas cristianas se ven sometidas a una represión cada vez mayor en el país, y que los cristianos, independientemente de que sus Iglesias sean clandestinas o cuenten con la aprobación del Gobierno, padecen el acoso y la detención de fieles, la demolición de iglesias, la confiscación de símbolos religiosos y la represión dirigida contra las celebraciones cristianas».
Todo esto es cierto, pero también ambiguo por la forma en que está redactado. Los cristianos implicados son obviamente los protestantes, que sufren en gran medida, especialmente si pertenecen a Iglesias domésticas disidentes. Pero en el texto, parece que se opusieran a los católicos, supuestamente viviendo en mejores condiciones debido al acuerdo mencionado. Esto es incorrecto. Por supuesto, el Acuerdo entre el Vaticano y China del año 2018 logró el objetivo pastoral histórico de reunir a la Iglesia Católica por primera vez desde la creación de la Asociación Patriótica Católica China (APCC), que siguió a la expulsión del Nuncio Apostólico en 1951, luego de que los comunistas accedieran al poder en el año 1949. Pero el PCCh está interpretando política e ideológicamente el acuerdo con la Santa Sede como una orden dada a todos los católicos para unirse a la APCC con la luz verde del Vaticano. Pero esto nunca ha ocurrido, y así, los católicos clandestinos, condenados a extinguirse en los planes del Partido, aún son perseguidos, arrestados y reeducados si se resisten. No es detalle ni trivialidad, a menos que este problema se aborde y aclare adecuadamente en todos los niveles internacionales, el régimen chino continuará persiguiendo a los católicos con el «permiso» del mundo.