El régimen comunista de China implementa drásticas medidas de censura y control ideológico para asegurarse de que los educadores sigan los lineamientos del Partido.
por Han Sheng
El Partido Comunista Chino (PCCh) ha estado aplicando estrictas medidas para garantizar la lealtad absoluta de los docentes en las escuelas y universidades de China, asegurándose de que estén lo menos expuestos posible a la democracia, la religión y las críticas contra el Gobierno. Desde que el presidente Xi Jinping asumió el cargo en el año 2013, numerosos educadores han sido sancionados por efectuar discursos «inapropiados» y otros «fracasos ideológicos», y las medidas de censura y control continúan intensificándose.
Entre ellas se encuentran las estrictas restricciones de viaje impuestas a los docentes, a quienes se les exige que renuncien a sus pasaportes después de cada viaje al extranjero y se les impide salir de China, incluso para tomarse unas vacaciones en Hong Kong, Macao y Taiwán. Los que desobedecen son castigados e incluso pueden perder sus trabajos.
En diciembre de 2019, la Agencia de Educación de Ruian, una ciudad a nivel de condado de la provincia oriental de Zhejiang, criticó públicamente a tres maestros locales por haber viajado al extranjero sin aprobación previa o por haber extendido sus visitas.
Un maestro de escuela primaria de Mongolia Interior le confirmó a Bitter Winter que cada vez es más difícil poder viajar al extranjero. “Debemos pasar por un proceso de aprobación compuesto por varios niveles y que abarca una conversación sobre nuestra comprensión de los asuntos internos y externos, y debemos entregar nuestros pasaportes después de cada viaje”, explicó el maestro. «Los que no presentan sus pasaportes dentro de un plazo establecido son criticados públicamente y sus pasaportes son revocados por cinco años».
Una profesora universitaria de Mongolia Interior le dijo a Bitter Winter que, en octubre pasado, un equipo de inspección del Gobierno central se presentó en la universidad para investigar la postura ideológica de los profesores con respecto a las protestas a favor de la democracia en Hong Kong. Entrevistaron a todos los educadores de manera individual y monitorearon sus clases para determinar si tenían «pensamientos reaccionarios». Los que efectuaron “comentarios inapropiados” fueron sancionados.
“Nos observaban durante cada clase”, afirmó la profesora. La misma agregó que el Ministerio de Educación de China adoptó un documento llamado Opiniones sobre la creación y mejora de un mecanismo eficaz a largo plazo para la construcción de la ética de los docentes universitarios en el año 2016, exigiéndoles a los docentes «no decir ni hacer nada contra los lineamientos del Partido en sus actividades educativas o de aprendizaje». Los estudiantes informantes plantados en las clases por las autoridades ayudan a garantizar que los docentes implementen esta orden.
Un maestro de escuela primaria procedente de la provincia norteña de Henán le dijo a Bitter Winter que, en el mes de junio, la Agencia de Educación provincial celebró una reunión para determinar «los peligros y riesgos potenciales en el campo de la ideología». Posteriormente, a cada escuela se le exigió la creación de un «equipo de control ideológico» para garantizar que los profesores no efectuaran comentarios críticos contra el Gobierno o el sistema socialista. Al equipo también se le asignó la tarea de examinar las creencias religiosas de los profesores.
«El Gobierno cree que los docentes religiosos son hostiles al Partido, incluso si no evangelizan», afirmó un profesor de inglés de mediana edad procedente de la provincia oriental de Shandong. «El PCCh teme que integren la fe en la enseñanza. Es por eso que controlan estrictamente a los docentes y quieren que sigan su sistema ideológico y eventualmente se conviertan en marionetas que no puedan pensar de forma independiente».
Un simple comentario sobre religión en clase puede causarles problemas a los docentes.
En junio del año pasado, un maestro de escuela primaria de Shandong invitó a un estudiante musulmán de etnia hui a presentar sus costumbres y tradiciones étnicas y publicó el video de la presentación en WeChat, la aplicación de mensajería más popular de China. La medida fue interpretada como «evangelismo público» porque el estudiante mencionó el iftar, una cena para romper el ayuno durante el ramadán. El profesor fue investigado por varios departamentos gubernamentales y fue obligado a dimitir. El director de la Agencia de Educación de la ciudad y el secretario del Comité del PCCh tuvieron que someterse a procedimientos de autocrítica pública.
Otra profesora de inglés procedente de Shandong compartió con Bitter Winter cómo la Agencia de Educación provincial la criticó por pronunciar palabras como «dios» y «oración» durante una clase sobre Jane Eyre, la famosa novela de la escritora inglesa Charlotte Brontë. En las aulas no debe ingresar nada relacionado con la religión, se le advirtió. Otro profesor fue duramente criticado por mencionar las oraciones de la hora de la comida al hablar sobre las tradiciones gastronómicas de varios países.