La Iglesia del Evangelio emplazada en la ciudad de Pingdingshan de Henán fue clausurada luego de que agentes de policía irrumpieran en la misma el 23 de octubre, amenazando a la congregación y confiscando sus bienes.
por Gu Xi
Miembros de la Iglesia del Evangelio situada en la calle Dong’an del distrito de Weidong de Pingdingshan, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia central de Henán, recientemente le contaron a Bitter Winter los sucesos que rodearon la redada y la clausura de su lugar de culto.
El 23 de octubre de 2019, funcionarios de la Agencia de Asuntos Étnicos y Religiosos, de la Agencia de Seguridad Pública y del comité de la comunidad unieron fuerzas para clausurar esta iglesia doméstica tras afirmar que «no había sido autorizada». Rompieron la puerta y amenazaron con arrestar al que intentara interferir. «Es ilegal reunirse en un lugar no autorizado. La libertad religiosa solo puede ser ejercida con el permiso del Gobierno», le explicó el líder de la Agencia de Asuntos Religiosos a la atemorizada congregación. Una mujer estaba tomando fotos de lo que sucedía, pero un oficial le arrebató el teléfono y la acusó de «obstruir la aplicación de la ley».
Ese mismo día, la Agencia de Asuntos Étnicos y Religiosos del distrito emitió un aviso, ordenando detener todas las actividades religiosas en la Iglesia del Evangelio, la cual había sido establecida cinco años atrás con el dinero recaudado por los creyentes. La misma recibió una multa de 50 000 yuanes (alrededor de 7000 dólares) y se confiscaron decenas de sus himnarios y 37 sillas. Al día siguiente, agentes de policía sellaron el lugar y colocaron un aviso de clausura en su entrada.
«El Gobierno es un demonio, pero te ves obligado a escucharlo, o de lo contrario serás reprimido», afirmó con impotencia un predicador de la iglesia. «Esto está sucediendo en todo el país. La gente vive vidas cada vez más miserables».
Ni siquiera los lugares de culto que decidieron unirse a organizaciones religiosas estatales están exentos de la creciente persecución. En agosto de 2019, más de 30 miembros de la Verdadera Iglesia de Jesús estaban asistiendo a una reunión en la aldea de Hezhuang, situada en el condado de Baofeng de Pingdingshan, cuando más de una docena de funcionarios gubernamentales allanaron la iglesia. Los mismos tomaron fotos y videos de los creyentes, alegando que «estaban celebrando una reunión ilegal y que creían en un xie jiao«. A los creyentes se les ordenó dejar de realizar actividades religiosas y se confiscaron el piano, las mesas y las sillas de la iglesia. Otro lugar perteneciente a la Verdadera Iglesia de Jesús emplazado en Pingdingshan fue clausurado casi al mismo tiempo, también por celebrar «reuniones ilegales». Los creyentes no tuvieron más remedio que dispersarse en pequeños grupos.
«Somos perseguidos en nuestro camino de fe, pero no nos rendiremos», afirmaba un presbítero mientras intentaba consolar a la congregación de un lugar perteneciente a la Fraternidad del Evangelio de China emplazado en Pingdingshan, el cual también había sido clausurado durante el segundo semestre del año pasado.
Un miembro de una iglesia doméstica de la ciudad le dijo a Bitter Winter que, luego de que su iglesia fuera clausurada por el Gobierno, su congregación ya no tiene un lugar donde reunirse. «Todo el tiempo vivimos con miedo», añadió. «Si la persecución del Partido Comunista Chino continúa, los creyentes ya no tendremos un lugar donde orar juntos».