Las autoridades chinas continúan con las persecuciones en contra de la Iglesia de Dios Todopoderoso; esta vez, en la provincia de Cantón.
por Lin Yijiang
El Partido Comunista Chino (PCCh) ha lanzado recientemente operaciones a gran escala para arrestar y perseguir a miembros de la Iglesia de Dios Todopoderoso. Es la xie jiao más atacada en China. Cualquier tipo de asociación con una de ellas es castigada con tres a siete años o más de prisión según el Artículo 300 del Código Penal Chino.
Bitter Winter ha reportado desde Liaoning, donde más de 700 personas fueron arrestadas en el mes de junio, así como desde Jiangsu con al menos 350 arrestos.
Ahora tenemos informes provenientes de Cantón, donde al menos 15 creyentes fueron arrestados en el transcurso de una semana. Todos los nombres que se utilizan en el artículo son seudónimos.
El 11 de agosto, cuatro oficiales de policía vestidos de civiles irrumpieron en la casa de Mei Fang en la ciudad de Heyuan. Los oficiales saquearon su casa y confiscaron sus textos religiosos. La señorita Mei en ese momento estaba hospedando a otra compañera creyente, Liu Yu. Ambas fueron arrestadas después de la redada.
Posteriormente, la policía también apostó a más oficiales vestidos de civiles cerca de la casa de la señorita Mei, ya que creían que la señorita Liu estaba en contacto con otros tres creyentes. Poco tiempo después, uno de ellos fue arrestado, mientras que de los otros dos se desconoce su paradero.
El mismo día, la policía también hizo redadas en un lugar de congregación en la ciudad. Aunque el número preciso de creyentes arrestados sigue sin conocerse, una mujer de nombre Xiao Yue se encontraba entre los detenidos.
El 17 de agosto continuaron los arrestos y las redadas en la ciudad de Shenzhen. Los oficiales de policía se aparecieron en la casa de Liang Zhi. Su hogar fue allanado y, posteriormente, se lo llevaron para interrogarlo. La policía le preguntó sobre los diversos lugares que solía visitar. No obstante, lo dejaron ir en un lapso de 24 horas.
Cuando regresó a su casa, se dio cuenta de que habían intervenido su bicicleta. Vio dos dispositivos de rastreo, ocultos dentro de los manubrios. Las luces en ellos todavía parpadeaban. Para evitar que lo monitorearan o conducir involuntariamente a la policía a otros creyentes, el señor Liang decidió darse a la fuga y mantener un perfil bajo.
Sin embargo, la policía pudo arrestar a otros siete en la ciudad ese mismo día. Entre los arrestados se encontraban cinco mujeres capturadas en un centro de congregación así como una pareja que fue aprehendida en otra ubicación.
Además de estos arrestos, los hogares de muchos otros creyentes fueron también presuntamente allanados.