En China, donde la libertad no es gratuita, decorar el propio hogar o poseer un nombre de usuario de redes sociales «sensible» es motivo suficiente para ser arrestado o incluso enviado a la cárcel.
En China, en medio de la severa represión llevada a cabo por las autoridades contra todas las religiones y creencias, la utilización de palabras sensibles también puede convertirse en motivo suficiente para ser arrestado y condenado. Esta es la desagradable lección que aprendió por las malas el Sr. Huang, un aldeano del condado de Xiayi en la ciudad de Shangqiu, en la provincia china central de Henán. El 26 de noviembre de 2018, usó un pincel para escribir el carácter chino “忍” (rěn, que significa “tolerancia” o “soportar”) en el muro del patio que da a la calle de su propio hogar.
Al día siguiente, funcionarios procedentes de la oficina local de reducción de la pobreza descubrieron el carácter “忍” escrito en la pared. Quizás, al interpretarlo como una «señal de peligro», insistieron en llamar a la policía. A pesar de que la esposa del Sr. Huang dijo que eliminaría el carácter de inmediato, los funcionarios le impidieron hacerlo para poder preservar la «evidencia criminal».
Inmediatamente luego de llegar al lugar, tres agentes de policía comenzaron a tomar fotos del carácter que se hallaba escrito en el muro y le preguntaron de manera severa a la esposa del Sr. Huang: «¿Por qué escribió el carácter ‘忍’? ¿Está expresando insatisfacción con respecto al Gobierno?”.
La esposa del Sr. Huang se apresuró a explicar que su esposo escribió el carácter para animarla a soportar el dolor y el sufrimiento causados por su enfermedad. La policía la reprendió diciendo: “¡Escribir el carácter “忍” significa que cree en un xie jiao!”.
Luego de ello, los agentes de policía registraron la casa, hurgando en todas y cada una de las habitaciones, e incluso utilizaron una palanca para abrir una máquina de coser y así poder revisarla.
A pesar de que no hallaron ningún elemento sospechoso, no se rindieron. Se dirigieron hasta el lugar en donde estaba trabajando el Sr. Huang para preguntarle cuál fue su intención al escribir el carácter equivalente a «tolerancia». Posteriormente, la policía detuvo al Sr. Huang para poder interrogarlo de manera más exhaustiva.
Luego de que uno de los familiares del Sr. Huang, el cual es funcionario gubernamental, abogara en favor del mismo y asegurara que no poseía ningún tipo de creencia religiosa, la policía accedió de mala gana a liberarlo.
Jiang Linghua, residente de la ciudad de Yancheng en la provincia de Jiangsu, no fue tan afortunada.
Durante dos a partir del año 1997, Jiang Linghua practicó Falun Gong junto a algunos amigos y familiares, hasta que en el año 1999 el Gobierno chino puso en marcha una campaña de represión integral contra este nuevo movimiento religioso. Ella dejó de practicarlo justo después de ello. No obstante, nunca supuso que aunque hubieran pasado 16 años, sería arrestada y sentenciada a prisión a causa de su nombre de usuario en línea.
El 13 de octubre de 2015, Jiang Linghua se encontraba en su tienda cuando, de repente, más de 20 policías vestidos de civil la rodearon. Sin presentar una orden de registro, la policía deliberadamente procedió a allanar la misma. Luego de hallar un libro copiado a mano con contenidos relacionados con Falun Gong, la escoltaron por la fuerza hasta la estación de policía local.
Durante el interrogatorio, la policía declaró que el nombre de usuario de Jiang en la aplicación QQ —plataforma de mensajería instantánea— era经法好大, jīng fǎ hǎo dà, equivalente a «los versos budistas son muy buenos», siendo similar al eslogan utilizado frecuentemente por los practicantes de Falun Gong 法轮大法好, Fǎ lún dà fǎ hǎo, lo cual significa “Falun Gong es muy bueno”. Además, la cuenta de Qzone de Jiang —un sitio de redes sociales— también contenía 25 artículos atribuidos a Falun Gong. La policía utilizó esto para afirmar que Jiang Linghua seguía practicando Falun Gong y la obligó a dar los nombres de otros practicantes de dicha disciplina.
Jiang explicó que no había pensado en nada en particular cuando eligió su nombre de usuario de QQ, y que alguien más le había enviado los artículos en cuestión. Afirmó que ni siquiera había terminado de leerlos. Luego de ello, la policía amenazó el futuro de sus parientes cercanos para obligar a Jiang a firmar y admitir su culpabilidad. La policía también la engañó diciendo que si seguía sus instrucciones y admitía que creía en Falun Gong, sería prontamente liberada. Jiang les creyó y colocó su nombre y su firma en un documento.
Luego de que la policía obtuviera esta «evidencia criminal», Jiang fue acusada de «utilizar una organización xie jiao para socavar la aplicación de la ley». Y debido a ello fue sentenciada a un año y seis meses de prisión.
Jiang recordó que mientras estuvo detenida, fue obligada a diario a ver videos de adoctrinamiento y, a menudo, fue acosada. Las condiciones de vida en la prisión eran tan terribles que provocaron que experimentara una severa pérdida de cabello. Durante un tiempo, incluso pensó en suicidarse.
Desde el arresto de Jiang Linghua, nadie pudo encargarse de administrar su tienda, hecho que dio como resultado pérdidas económicas de más de 200 000 yuanes (aproximadamente 28 500 dólares).
«Padecí la injusticia de ser encarcelada durante un año y medio sin ninguna razón», afirmó, agregando que a pesar de que fue liberada en el año 2017, personal gubernamental todavía la llama con frecuencia para preguntarle si practica Falun Gong.
«¿Cómo es que todavía no me dejan en paz?», preguntó una vez. A lo que el funcionario gubernamental respondió: «Sé que nunca ha hecho nada malo. Solo estoy siguiendo las órdenes de mis superiores».
(Todos los nombres son pseudónimos.)
Informado por Han Sheng