Fuente: ChinaAid
ChinaAid informa sobre las atrocidades cometidas en el llamado «centro de capacitación política» para minorías étnicas situado en Sinkiang, al noroeste de China. Un prisionero kazajo musulmán, que acaba de ser liberado después de pasar un año en uno de esos centros, describe los horrores de la vida diaria allí poniendo en riesgo su vida ya que tuvo que firmar un documento de no divulgación.
Los prisioneros, la mayoría de los cuales no comprenden las razones de su arresto, solo pueden comer tres bollos al vapor al día, se los mantiene sin acceso al aire libre y les permiten dos horas de sueño por noche, por lo que muchos de ellos se enferman o intentan suicidarse.
Según la fuente, el gobierno también toma como rehén a un miembro de la familia una vez que libera a un prisionero y torturará a la persona hasta matarla si la persona liberada habla alguna vez sobre el campamento.
Bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo, el gobierno chino utiliza «centros de capacitación política» como parte de una mayor ofensiva contra minorías étnicas predominantemente musulmanas, incluidos los kazajos.