Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
Hace diez años, en la ciudad de Zhengzhou de la provincia de Henán, una Iglesia doméstica estableció una escuela para que los niños pudieran recibir educación religiosa, y desde entonces dicha escuela ha sido perseguida.
Acusadas de «celebrar reuniones ilegales», tres iglesias domésticas protestantes emplazadas en la provincia central de Henán fueron clausuradas, la policía además confiscó sus bienes.
Al ser la provincia con el número más importante de personas religiosas, Henán sigue sufriendo medidas enérgicas sobre sus iglesias al estilo de la Revolución Cultural.
Más relatos sobre miembros del Partido Comunista despedidos o degradados, a los que las autoridades centrales presionaron intensamente para que cortaran cualquier tipo de vínculo con la religión.
Una cristiana de Henán fue denunciada simplemente por permitir que algunos religiosos cantaran y oraran por ella, lo que incitó a las autoridades a acosarla hasta matarla.
Mientras se encontraba en prisión, un miembro de la Iglesia de Dios Todopoderoso (IDT) que padecía hipertensión arterial no recibió su medicación, lo cual provocó que su condición se deteriorara.
Los pastores de la Iglesia de las Tres Autonomías son forzados a someterse a «conversión ideológica». Xi Jinping y Mao deben ser predicados junto con Cristo, o la licencia de predicación es revocada.
Un cristiano de Henán fue sentenciado en tres oportunidades, y pasó diez años en la cárcel por el único delito de ser miembro de un movimiento prohibido.
Cualquier edificio que no parezca auténticamente chino está siendo rápidamente modificado, gracias a la campaña de «sinización» en curso.
En el corazón del comunismo continúan las mentiras y los engaños, ya que propiedades son destruidas y familias son destrozadas para ocultar la pobreza de las estadísticas oficiales.
China adopta una táctica de regreso al futuro, reintroduciendo los sistemas de sonido de la era de la Revolución Cultural para emitir de manera constante propaganda del Partido Comunista.
Las autoridades chinas ofrecen lo banal como una alternativa a lo sublime, ya que bailes tradicionales y baratijas son todo lo que el Partido puede ofrecer para satisfacer los deseos de los ciudadanos.
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