Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
Las iglesias que no son controladas directamente por el Partido Comunista Chino se están enfrentando a su extinción, ya que la cantidad de sitios de culto clausurados y de predicadores detenidos continúa aumentando.
Las iglesias que habían sido demolidas debido a su estado ruinoso no pueden ser actualmente reconstruidas debido a la persecución religiosa en curso en China.
En el mes de agosto, las autoridades de Henán removieron cientos de cruces de iglesias como parte de un plan tendiente a detener una propagación religiosa «invisible».
Autoridades de Henán toman por la fuerza una iglesia protestante controlada por el gobierno y le dan un nuevo uso: centro para actuaciones con contenido blasfemo.
Seis creyentes de iglesias domésticas de la provincia de Anhui fueron detenidos en 2014 y mantenidos bajo custodia durante casi dos años hasta la celebración de su juicio. Una creyente murió mientras permanecía detenida.
Las autoridades de Henán allanaron numerosas iglesias emplazadas en la ciudad de Yongcheng, destruyendo y quemando parafernalia religiosa y confiscando ilegalmente dinero.
Los maestros son considerados como las principales fuentes de difusión de propaganda atea entre los niños en nombre del Partido Comunista Chino y, por ese motivo, se han convertido en blanco de persecuciones antirreligiosas.
La policía obligó a la familia de una mujer detenida a pagar 100 000 yuanes (casi 15 000 dólares) luego de que la salud de la misma se deteriorara a causa de interrogatorios prolongados.
En la ciudad de Dengfeng, en Henán, las autoridades están implementando un extenso programa de demolición que tiene como objetivo sitios religiosos: partes de 36 templos, incluyendo diez sitios históricos y culturales protegidos, han sido destruidos.
En meses recientes, las autoridades en Henán han clausurado numerosas iglesias protestantes controladas por el gobierno. Tan solo en la ciudad de Nanyang, casi 20 de ellas han sido cerradas.
Las autoridades chinas están implementando políticas tendientes a supervisar a los predicadores cristianos, entre las que se incluyen pruebas de evaluación y auditoría del contenido de los sermones.
En Henán, las autoridades están obligando a propietarios de tiendas a cambiar el nombre de las mismas o a cerrarlas si dichos nombres tienen algún tipo de significado religioso.
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