Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
Los libros y DVD del venerable maestro Chin Kung, reverenciados a nivel mundial por propagar la armonía multicultural e interreligiosa, han sido catalogados como ilegales en China.
Para prevenir la «infiltración occidental» y erradicar la religión de las escuelas, el PCCh está alterando el contenido de los clásicos literarios y de los libros de texto de lengua e historia.
Los jóvenes chinos estudian los discursos del presidente y las políticas del Partido –desde los jardines de infantes hasta las universidades– para convertirse en la nueva generación de fieles socialistas.
Para lograr la extensa meta de Xi Jinping de reducir la pobreza para el año 2020, las autoridades locales en China están dejando a las personas pobres sin hogar y endeudadas.
La represión de las autoridades chinas contra lugares y símbolos budistas se está intensificando, y ni siquiera escapan de tal destino los sitios históricos y culturales protegidos.
En las provincias chinas que poseen una considerable población musulmana de etnia hui, los símbolos relacionados con el islamismo continúan siendo eliminados o cubiertos.
Profesores universitarios son despedidos a causa de sus comentarios, y el control sobre los estudiantes se intensifica ya que las autoridades chinas continúan reprimiendo la disidencia y la libertad de expresión.
Las autoridades están utilizando sistemas de posicionamiento satelital, drones y otras herramientas de alta tecnología para vigilar a los creyentes.
El presidente Xi Jinping ha decidido que las escuelas serán las bases de capacitación para la próxima «Generación Roja», creando así a los socialistas del futuro.
En China, las estatuas budistas están siendo demolidas una por una debido a que el Partido Comunista Chino está intensificando su campaña para librar al país de su simbolismo religioso.
Las autoridades de Hebei utilizaron explosivos para destruir la estatua de «Kwan Yin derramando gotas de agua», mientras sigue vigente la intensa represión llevada a cabo por el PCCh contra grandes estatuas religiosas.
Un sitio de aparición mariana y una ruta de peregrinación aprobada por el Papa fueron bloqueados, pero los católicos clandestinos perseveran, soportando frío y lluvia.
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