Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
En la provincia de Jiangxi, la represión religiosa continúa incrementándose, ya que numerosos lugares pertenecientes a iglesias domésticas son clausurados, algunos demolidos por la fuerza, y sus activos saqueados.
Las autoridades están haciendo todo lo posible para poner a los creyentes «desobedientes» bajo el control del Estado: las iglesias son clausuradas y las congregaciones son amenazadas y vigiladas.
Las iglesias protestantes controladas por el Gobierno sufren represiones brutales que a menudo terminan en cierres que dejan a grandes cantidades de creyentes sin un lugar donde practicar su fe.
Cada palabra y cada movimiento de los creyentes ahora es rastreado mientras las iglesias y los templos son incluidos en el proyecto masivo de vigilancia para las áreas rurales a nivel nacional.
Recompensas para informantes, registro de creyentes, propaganda y más: la provincia de Jiangxi no escatima esfuerzos para erradicar a las iglesias que aún no están controladas por el PCCh.
El PCCh está intensificando el adoctrinamiento ideológico en las escuelas al glorificar el pasado revolucionario y hacer que los estudiantes se atiborren de las actuales doctrinas del Partido Comunista.
Las iglesias afiliadas al extranjero son continuamente acosadas: se clausuran lugares religiosos, los creyentes son investigados y se les prohíbe viajar al extranjero.
Los lugares de culto protestantes son presionados para que se unan a la Iglesia de las Tres Autonomías aprobada por el Gobierno y se sometan al control estatal. Las Iglesias rebeldes deben afrontar las consecuencias.
Hasta reunirse con amigos en casa puede ser considerado por las autoridades chinas como una actividad religiosa sospechosa; los creyentes de las Iglesias oficiales no son la excepción.
En China, decir algo considerado por las autoridades como «comentario sensible» puede ser etiquetado como «contrario al Partido» o «antisocial», y castigado en consecuencia.
La cantidad cada vez mayor de lugares de culto acosados en la ciudad de Xinyu, de la provincia de Jiangxi, está incrementando las tristes estadísticas de la persecución religiosa en China.
En la provincia de Jiangxi, las autoridades reprimen el discurso crítico, bajo el pretexto de luchar contra la pornografía.
No breaking news found!
