Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
La fe de los católicos chinos se basa en el martirio de 120 santos que entregaron su vida por Cristo y la Iglesia. En la actualidad, el PCCh está eliminando sistemáticamente sus estatuas de las iglesias.
El PCCh está tomando medidas enérgicas contra las estatuas budistas desde la fuente: las fábricas que las funden se han convertido en un nuevo objetivo de los ataques perpetrados por el Gobierno.
El Partido Comunista Chino (PCCh) intenta controlar las finanzas de la Iglesia de las Tres Autonomías obligando a la institución a depositar el dinero que recibe, es decir, los donativos de los cristianos, en cuentas bancarias controladas por el Gobierno.
Las autoridades han estado investigando las creencias religiosas del personal militar y están tratando de garantizar que el número de militares que poseen creencias religiosas sea reducido a «cero».
Las autoridades del Partido Comunista están «luchando contra el extremismo» en China al centrarse en eliminar los símbolos relacionados con el islam.
El Gobierno chino continúa vilipendiando a católicos clandestinos y a Iglesias domésticas protestantes, pero los creyentes se adhieren a su fe frente a la persecución.
Iglesias controladas por el Gobierno ofrecen libros sobre la «Revolución Roja», biografías de líderes y otras obras seculares para promover la «sinización» de la religión.
La persecución religiosa llevada a cabo por China se extiende a todas las religiones sin discriminación.
No solo los musulmanes de Sinkiang son perseguidos. China reprime a musulmanes que se encuentran cerca de Pekín, ataca a una mezquita para mujeres y los fieles deben esconder sus amados libros.
La «Operación Llamando a las Puertas» envía oficiales a fotografiar a los creyentes utilizando pretextos. Esto forma parte de un sistema de vigilancia más amplio tendiente a rastrear a los creyentes religiosos dondequiera que sea.
Los blancos de estas restricciones incluyen a maestros y trabajadores de la salud, además de funcionarios de bajo nivel.
Con reminiscencias de los cristianos primitivos, los católicos chinos deben desplazarse en secreto y encontrarse en lugares apartados, al tiempo que los sacerdotes católicos son arrestados si son descubiertos.
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