En varias ciudades de China, las autoridades están intensificando su lucha contra la religión mediante campañas de propaganda en las escuelas.
El 22 de septiembre, en una escuela de la ciudad de Wenzhou, Zhejiang, se celebró una conferencia para discutir el tema de las creencias religiosas. En el encuentro, los líderes escolares enfatizaron que el Estado considera que las creencias religiosas están en conflicto con la ideología del Partido Comunista Chino y, por ende, los maestros y estudiantes deben apartarse de las doctrinas religiosas.
Se evidenció que las autoridades quieren que el ambiente en las escuelas esté libre de creencias religiosas y de intentos de difusión religiosa por parte de los maestros. Asimismo, se espera que a los estudiantes se les aconseje no creer en Dios y que no tengan acceso a contenido religioso, especialmente en la escuela.
Ese mismo día, el Gobierno municipal de Wenzhou también llevó a cabo inspecciones para determinar el número de maestros de escuela que ocuparon cargos en centros religiosos controlados por el Gobierno en la ciudad.
A la semana siguiente, en una escuela de la ciudad de Shuozhou, Shanxi, los maestros leyeron un documento enviado por el Partido Comunista Chino en clase y les dijeron a sus estudiantes lo siguiente: “Está prohibido participar en todo tipo de prácticas religiosas, lo que incluye actividades católicas, cristianas, budistas e islámicas. Si conoces a alguien que cree en Dios, debes convencerlo de que deje de hacerlo o denunciarlo a un maestro”. Los maestros terminaron la lectura amenazando a los estudiantes: “Si sabes algo y no hablas, estás encubriendo un delito”.
Desde agosto, las autoridades de la ciudad han estado distribuyendo propaganda entre los estudiantes recién inscritos sobre los esfuerzos del Gobierno por “acabar con los pandilleros y erradicar el mal”.
Tal como Bitter Winter informó hace poco, esta campaña nacional también está organizada para acabar con las creencias religiosas, y las autoridades utilizan los mismos métodos que suelen emplear para acabar con los pandilleros y sus delitos. Por ejemplo, en los materiales de propaganda se enumeran los “centros de denuncia” en los que los estudiantes pueden informar sobre personas con creencias religiosas.
Informado por Lin Yijiang