Todas las referencias a Dios y la religión fueron eliminadas de los materiales de lectura para niños, incluidos los Diez Mandamientos.
En el condado de Hongdong, ubicado al norte del país, en la provincia de Shanxi, una organización benéfica con sede en Hong Kong abrió hace poco una escuela dominical para los “niños que se han quedado atrás”. El término hace referencia a niños cuyos padres se han marchado a trabajar a la ciudad, dejándolos en el campo, al cuidado de sus familiares o amigos. Según las estadísticas oficiales, en 2016, había 61 millones de niños así en las aldeas de China.
Los padres cristianos estaban contentos con la idea de que sus hijos pudieran recibir algún tipo de educación religiosa en su ausencia. Considerando la persecución contra las actividades religiosas en China, estas oportunidades no abundan.
La escuela dominical operaba en una iglesia del movimiento patriótico de las tres autonomías, controlada por el Gobierno, y había superado numerosas inspecciones. Sin embargo, por motivos desconocidos, comenzó a utilizarse el término “clases de estudio” en referencia a la escuela, en lugar de escuela dominical.
Desde entonces, las autoridades se han inmiscuido en el contenido que se enseña a los niños. Se eliminaron todas las referencias a Dios, incluidos los primeros cuatro mandamientos y el Génesis. Prohibieron utilizar el término “mandamiento”, los maestros solo pudieron enseñar las siguientes “máximas”: “no matarás”, “no cometerás adulterio” y “no robarás”. Los niños nunca se dieron cuenta de que estaban leyendo de la Biblia y, al terminar las clases, debían cantar el himno nacional con sus maestros.
Cuando los padres se enteraron de la situación y preguntaron si habría una clase adicional para enseñar la Biblia, un maestro explicó lo siguiente: “este es un curso de la escuela dominical. La Oficina de Asuntos Religiosos no me permitió enseñar la Biblia a los niños. Dijeron que son demasiado pequeños para entenderla”.
Los padres se sorprendieron y un cristiano anciano se lamentó: “El Gobierno no nos permite difundir el Evangelio entre los menores de ninguna manera”.
Según los informes, a principios de este año, el Partido Comunista Chino propuso lanzar una compilación modificada de la Biblia, como parte de su política de “sinización”. La modificación incluiría las escrituras del confucianismo, el budismo y el taoísmo, y reflejaría el valor central del socialismo.
El sacerdote Liu Yi, fundador de la Fraternidad Cristiana China de la Justicia en Estados Unidos, comentó que no era la primera vez que una dictadura intentaba reescribir la Biblia. En la Alemania nazi, Hitler publicó su propia versión de la Biblia, reemplazando los Diez Mandamientos de Moisés con los doce de los nazis. Además, añadió: “Respeta a tu Führer y maestro. Sirve con alegría a las personas con trabajo y sacrificio. ¡Eso es lo que Dios quiere de nosotros!”.
Informado por Feng Gang