Desde forzar al arrendador a cancelar el contrato de arrendamiento hasta prohibir la cuenta de WeChat de la iglesia, las autoridades no dejaron piedra sin mover para acabar con la iglesia.
por Feng Gang
La Iglesia de Zion emplazada en Pekín fue establecida en el año 2007. El sacerdote principal de la iglesia, Jin Mingri, había expresado públicamente su apoyo a la Iglesia Shouwang, la cual estaba siendo reprimida por las autoridades. En respuesta, las autoridades intentaron presionar al arrendador para que no firmara un contrato de alquiler con la iglesia.
Sin embargo, nada de eso funcionó y a partir del año 2018 la iglesia de Zion pasó a convertirse en la iglesia doméstica más grande de Pekín. Debido a ello, las autoridades recientemente recurrieron a varios métodos para poder clausurarla.
En el mes de Junio, las autoridades instalaron un sistema de reconocimiento facial fuera de la iglesia. También colocaron dispositivos de escucha. La policía rastrearía a los creyentes en sus lugares de trabajo u hogares y los obligaría a firmar garantías de que ya no participarán en las congregaciones de la Iglesia de Zion.
En el mes de mayo, Bitter Winter informó que el PCCh había acusado a la iglesia de ser una secta y exigía la instalación de cámaras de vigilancia alrededor de sus sitios de congregación.
Más tarde en el mes de junio, las autoridades también cancelaron la cuenta de WeChat de la iglesia. Cuando crearon una nueva, también fue cancelada. Esto continuó durante varios días. Además de ello, muchas más cuentas de mensajería en línea pertenecientes a la iglesia fueron canceladas posteriormente. Según informes, las autoridades incluso intervinieron a todos los miembros de la cuenta, incluidos los pastores, los creyentes, los teléfonos móviles y los perfiles de WeChat.
En el mes de julio, las autoridades intentaron sobornar a un pastor que tenía un familiar en el hospital. Le dijeron, «si promete cooperar con nosotros, la enfermedad en la que su familia está gastando decenas de miles de yuanes podrá ser curada por nosotros por unos pocos miles de yuanes».
Asimismo, otros cinco pastores y una docena de predicadores fueron interrogados. Un predicador dijo que un oficial afirmó que el gobierno poseía un infiltrado dentro de una Iglesia de Zion y que gracias a ello contaban con toda la información interna de la misma.
En el mes de agosto, el arrendatario fue nuevamente presionado para cancelar el contrato de arrendamiento de la iglesia, y esta vez, las autoridades tuvieron éxito. Como resultado, el contrato de arrendamiento fue rescindido y se le exigió a la administración de la iglesia que se mudara. Les dieron 15 días para hacerlo y se esperaba que hubieran vaciado lugar la primera semana de septiembre.
No obstante, la administración no tenía la intención de cumplir con el aviso de mudanza ya que sabían que no habían violado el contrato. Decidieron quedarse.
El 9 de septiembre, el departamento de asuntos civiles del distrito de Chaoyang en Pekín, emitió una notificación en la que se especificaba que la Iglesia de Zion estaba «legalmente prohibida» y su «material de promoción ilegal» fue confiscado por considerarse que violaba las Regulaciones sobre asuntos religiosos recientemente revisadas.
El pastor Mingri habló recientemente con el canal chino Voz de América y afirmó que después del servicio dominical del 9 de septiembre, aproximadamente unos 70 funcionarios se presentaron en la iglesia. Le dijeron que la iglesia estaba prohibida y que debería irse. Su propiedad personal también fue confiscada.
Consiguientemente, también se publicó un aviso en la entrada de la iglesia dirigido a los creyentes. El mismo decía: «Las masas de creyentes deben cumplir con las reglas y regulaciones y asistir a eventos en lugares religiosos legalmente registrados». En China, un lugar religioso legalmente registrado significa una institución controlada por el gobierno y que obedece al Partido.
El Instituto St. Charles, con sede en los Estados Unidos, afirma: «Las iglesias chinas están experimentando el clímax de la persecución más grave que se haya visto en los últimos 40 años. Estos actos de persecución contra los cristianos son premeditados y planeados sistemáticamente. Tomando como ejemplo experiencias pasadas, los funcionarios gubernamentales de todos los niveles se ocupan de cuestiones religiosas a través de leyes civiles que no son de naturaleza religiosa. Estos actos son intentos de evitar revelar la flagrante persecución llevada a cabo contra la iglesia y la supresión de la libertad religiosa. Rescindir el contrato de alquiler de una iglesia es solo uno de dichos ejemplos».
Un miembro pastoral de la iglesia se hizo eco de la opinión. Afirmó: «Primero fue la Iglesia de Shouwang y ahora es la Iglesia de Zion. La gente está comenzando a visualizar la verdad en la actitud del gobierno relacionada con su trato hacia las diferentes iglesias y existe un consenso general al respecto: si hoy eres tú, mañana podría ser yo. Lo que está sucediendo no es porque el gobierno tenga algo en contra de la Iglesia de Zin, es por lo que el gobierno tiene contra todas las iglesias cristianas emplazadas en el país».