Los cristianos que difunden el Evangelio son severamente multados por las autoridades, provocando dificultades financieras a sus familias.
Li Mei (seudónimo), una residente de la ciudad de Heze, recientemente contó a Bitter Winter que hace cuatro años la policía local fue a la casa de la pareja y se llevó a su esposo por difundir el Evangelio.
Para garantizar la liberación de su esposo, quien había sido detenido durante un mes, Li Mei pidió prestados 21 000 yuanes (aproximadamente 3000 dólares) para sobornos, pero la policía le exigió que pagara una multa de 80 000 yuanes (aproximadamente 11 400 dólares). El esposo de Li Mei fue liberado, se le prohibió dejar el área local durante un año y se le exigió que se reportara regularmente al Departamento de Seguridad Pública.
De acuerdo con Li Mei, después de que su esposo fue liberado la pareja terminó con una deuda enorme. Además de reportarse regularmente al Departamento de Seguridad Pública, la familia es especialmente acosada en los días festivos cristianos o en los eventos del Partido Comunista, así como cuando se adoptan nuevos documentos antirreligiosos: los representantes de la Brigada de Seguridad Nacional de la ciudad o bien citan al esposo de Li Mei o visitan su casa para cuestionarlo sobre su creencia en Dios. Como resultado, Li Mei y su familia viven con miedo y tristeza constantes.
Informado por Jiang Tao